Tik Tok simio
"Las acusaciones que se vierten actualmente por parte de Podemos a personas e instituciones, tienen estos dos toques, Tik: acuso (ventilo) y Tok me enfado (me inflo)"
Los clásicos están de moda, pero, eso sí, en formato bolsillo. La máxima eficacia actual para informar implica adecuar tiempo y contenido. Da lo mismo si lo que se expresa es correcto o no; lo importante es reaccionar de inmediato, y que, además, quede bonito y luzca. Tal Cual se titula la triunfadora plataforma de redes sociales china: Tik Tok, Pin Pan (sin Pun, ahorramos un disparo); chin pum. Nada de Tararí que es demasiado largo. Pero, lo que nos diferencia de nuestros congéneres, los primates evolucionados, es que somos capaces de ir más allá de lo inmediato, de planificar a futuro y no ser presas de la momentáneo.
La mejor defensa… la acusación.
Algo así ocurre también en nuestra actualidad política con la reacción y la defensa basadas en el uso interesado de tres clásicas (des) gracias: la acusación, la provocación y la difamación, armas cada vez más utilizadas. Trataremos de explicarnos con cierto detalle. El destacado primatólogo Richard Byrne registró una anécdota en 1983, mientras estudiaba los monos papiones de los montes Drakensberg, en Sudáfrica. Un macho joven, de nombre Paul, observó a una hembra adulta desenterrando unos bulbos muy sabrosos. El astuto papión miró a su alrededor, pero no vio a otros congéneres, aunque dedujo que era probable que estuvieran cerca. Entonces se puso a gritar muy fuerte, tal como hacen los papiones cuando se sienten amenazados. Cosas de la especie. En cuestión de segundos apareció la madre del interfecto primate y obligó a la otra hembra a huir, mientras Paul se comía el bulbo. Si este caso se hubiera dado en una familia humana con dos vástagos, siendo la hembra adulta el hermano mayor y el bulbo el juguete preferido de ambos, los progenitores se habrían dado cuenta del engaño provocado por el instruido joven simio. Sin embargo, un científico tan meticuloso como Byrne tenía motivos para seguir dudando. Compartiendo información con otros científicos y observando a Paul, nuestro experto en papiones se dio cuenta de que éste utilizaba dicha táctica para hacerse con alimentos que él todavía no podía desenterrar. Al parecer no tenía miedo, aunque hacía creer a su madre que estaba amenazado para que ella hiciese el trabajo sucio.
Más allá de un minuto.
Pero reaccionemos mejor como primates más evolucionados que somos. Con mayor picardía, los chimpancés mantienen una conducta aviesamente intencionada hasta que consiguen lo que realmente persiguen y entonces cesan de realizar dicho comportamiento inicial. Para ello, los machos muestran dos tipos de exhibiciones que tienen el objetivo de hacerse respetar, así como confirmar su rango: la exhibición de ventilación, lo que es un modo de desafío que sirve para dar a conocer las aspiraciones de su autor y que se utiliza no sólo contra el competidor posible sino también con todo el grupo; otra fórmula de reafirmar su empaque es el alarde de inflamiento, que se utiliza contra aquellos individuos ante los que ya se hayan mostrado discrepancias, pretendiendo con ello reafirmar con más dimensión la posición previa. De manera más sencilla, bufan y se inflan para parecer más grandes, se muestran más agresivos y se cubren con aspavientos para tener más razón, vaya.
«Las acusaciones que se vierten actualmente por parte de Podemos a personas e instituciones, tienen estos dos toques, Tik: acuso (ventilo) y Tok me enfado (me inflo)»
Difama, que algo queda.
Las acusaciones que se vierten actualmente por parte de Podemos a personas e instituciones, tienen estos dos toques, Tik: acuso (ventilo) y Tok me enfado (me inflo).
Tal y como relata Volker Sommer en su impagable “Elogio de la mentira”, existe engaño táctico entre los monos antropoides de tal manera que puede llegar a convertirse en un hábito fruto de la adaptación evolutiva. Sommer estima que existen nueve categorías de engaño táctico entre los denominados primates hominoideos, es decir, aquellos que se encuentra evolutivamente más cercanos a los seres humanos. Estas nueve categorías o maneras de manifestar el engaño consciente son: Ocultar; Despistar; Atraer; Dar una falsa impresión; Desviar la atención sobre un tercero ajeno; Fingir desinterés; Complicar en una interacción; Uso de los instrumentos sociales para generar complicidad y Contrarrestar la acción de un engaño con otro, es decir, engañar al que engaña. Calma, casi todo se cura con el tiempo…
Hay que aprender a relacionarse con los indignados y airados hijos de las redes sociales; y no valen las ideas de los clásicos, aunque los fundamentos del comportamiento se pierdan en una evolutiva noche de los tiempos. Y, eso, ell@s no lo saben. Chin pum.