Recuperar la alegría, sostener al planeta
Debemos recuperar la nostalgia de manera positiva, para recordar lo que hace cuarenta años, cuando nació Arco Iris, significaba el pacifismo, la lucha antinuclear y la objeción de conciencia
“Cuando el propagandista nazi Joseph Goebbels escuchó la palabra cultura agarró su pistola. Cuando yo escucho la palabra sostenibilidad me pongo a buscar mi protector solar”. Timothy Morton en su última obra, Reciclar la ecología.
Timothy Morton es un gran ensayista, agitador cultural y un gran ecologista innovador con un gran sentido de la estética y del ocio: se hace más que necesaria su lectura en estos momentos para que el movimiento verde destierre definitivamente el sectarismo. Sus libros lúcidos y lúdicos nos mesturan a Kant, la ecología, la alegría, M. Foucault y hasta los Talking Heads.
Morton suprime la palabra naturaleza y la sustituye por el término biosfera. “El todo es más que la suma de las partes: musgo, delfines, bosques, bacterias, océanos…”. Destierra definitivamente el antropocentrismo (“buscar la racionalidad para disfrutar el planeta”, dice), y define la sostenibilidad de una manera muy peculiar: consiste en “sostener el todo para que no se caiga”. Una versión del equilibrio y de la prudencia propia de una charla de tasca o de furancho al uso, muy alejada del cientificismo de salón y de la sabiduría de los “catedráticos de natación”.
Siguiendo su estela ensayística, nos trasladamos a los años ochenta del pasado siglo XX, cuando un grupo musical rupturista y vanguardista madrileño, Aviador Dro, nos reveló en aquella mítica canción: (“Nucleares sí, nucleares sí, por supuesto. Nucleares sí, ¡cómo no!, ¡cómo no!”) que simplemente el camino era el sarcasmo, la ironía y la rebeldía para declararse de aquellas firmemente pacifistas y antinucleares.
Su líder, Servando Carballar, entendió la “movida” como algo ético y crítico, no sólo estético, emprendiendo su labor en el campo de los comics, los fanzines, los primeros videojuegos; fundando también el conocido sello discográfico independiente, Dro. El también coetáneo grupo madrileño Polansky y el ardor nos descifraba los pensamientos actuales de Putin, con cuarenta años de antelación y en plena guerra fría, con su conocida canción ¿Qué harías tú, en un ataque preventivo de la URSS? Simplemente, unos adelantados al pensamiento de Timothy Morton.
Poco después, y siguiendo el camino marcado por los verdes alemanes, estos que suscriben ya sexagenarios a día de hoy, pero veinteañeros en el mes de octubre del año 1982, fundamos una asociación ecologista y pacifista que curiosamente este año cumple los 40 de existencia; lo que nos llena de orgullo y satisfacción por nuestro activismo y tenacidad.
Se trata de recuperar la nostalgia de manera positiva, para recordar lo que de aquellas significaba el pacifismo, la lucha antinuclear y la objeción de conciencia. Los que ya somos sexagenarios, para quienes el propio sistema dominante nos tilda de viejos y jubilados para la lucha y la rebeldía, nuestra única receta es la sabiduría derivada de nuestra experiencia vital. Somos la historia de nosotros mismos que se repite periódicamente para recordarnos lo que ya hemos vivido. Como decía nuestro querido Albert Camus en su libro El hombre rebelde, cuanto más viejo más rebelde.
P.D: Por eso tenemos que ser implacables con los depredadores y privatizadores del rey “eolo”. Una nueva pandemia, un cáncer terminal de todo lo que siempre defendimos y que se lo han apropiado con esa desfachatez que los caracteriza con sus conceptos mágicos que repiten como loros: bio, sostenible y verde. Hasta se permiten una guía de todo ello para seguir especulando recogida hace unos días en las páginas salmón del mayor periódico económico de este país. Para salvar la biosfera de esta plaga según lo manifestado anteriormente: siempre alegres, divertidos y combativos.