Galicia y la apuesta del hidrógeno verde
Obtener una posición ganadora ante los retos del futuro dependerá en gran medida del impulso político, la inversión empresarial y la capacidad para establecer colaboraciones entre los diferentes actores del ecosistema del hidrógeno en Galicia
Nuestra región está mostrando un creciente interés y compromiso en el desarrollo de proyectos relacionados con el hidrógeno y la energía sostenible. Galicia cuenta con una gran riqueza de recursos naturales como el agua, el viento, la biomasa y el sol en mayor medida de lo que en principio pueda parecer, y el aprovechamiento de estos recursos nos brinda una oportunidad para avanzar en la transición hacia una economía descarbonizada que no debemos dejar escapar.
El hidrógeno producido a partir de fuentes renovables, es decir, el hidrógeno verde, contribuirá a la reducción de gases de efecto invernadero y a la lucha contra el cambio climático porque, por un lado, su combustión no emite dióxido de carbono ni otros gases contaminantes y, de otro lado, su utilización en sectores intensivos en energía puede ayudar a reducir la huella de carbono de estas actividades. Por este motivo ocupa un lugar central en las medidas que la Comisión Europea ha puesto en marcha para acelerar la transición ecológica y cumplir los objetivos de una economía neutra en emisiones de CO2 para 2050, así como en las hojas de ruta del Gobierno de España y de la propia Xunta de Galicia.
La posibilidad de la producción de hidrógeno a nivel local a partir de fuentes renovables disponibles en el territorio no es una cuestión menor y menos en el contexto actual, ya que, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles, no sólo disminuye la vulnerabilidad ante la escasez de recursos naturales, sino que también se reduce la dependencia de las importaciones de energía.
Contamos con una sólida base industrial y capacidad tecnológica en sectores relevantes para la producción y aplicación del hidrógeno. La experiencia en energías renovables, infraestructuras energéticas y sectores como la automoción y la industria química posicionan a nuestro país como un actor destacado en la transición hacia el hidrógeno. Y a Galicia con ello.
Galicia ha empezado a dar pasos importantes en el necesario proceso de reindustrialización y de cambio de modelo productivo. Se están impulsando importantes proyectos estratégicos en el ámbito de las energías limpias y la sostenibilidad. En concreto, dos de estos proyectos son las plantas de hidrógeno verde que se están desarrollando en zonas de transición justa como son Meirama y As Pontes.
Pero queda todavía trabajo por hacer, si bien es cierto que la infraestructura portuaria existente en Galicia nos brinda una oportunidad para el transporte, almacenamiento y distribución de hidrógeno, es imprescindible que se haga efectiva la conexión al corredor de hidrógeno verde que comunicará Portugal, España, Francia y Alemania, el conocido como H2Med.
La optimización del esfuerzo inversor pasa necesariamente por una dotación adecuada de infraestructuras energéticas, una gestión ágil y eficaz de los fondos procedentes de la Unión Europea y un marco jurídico estable que sea garantista con las diferentes actividades económicas y el medio ambiente.
Otra importante oportunidad que no nos podemos permitir desechar en la transición hacia una economía del hidrógeno es la generación de empleo. Más allá de los propios empleos verdes que se darán en áreas como la fabricación de vehículos de hidrógeno, el diseño y la instalación de sistemas de energía renovable, y la adaptación de procesos industriales para utilizar hidrógeno, el desarrollo del sector puede impulsar la creación de empleo indirecto en ámbitos relacionados, como el suministro de equipos y materiales, la consultoría especializada, la formación y la capacitación.
Obtener una posición ganadora ante los retos del futuro dependerá en gran medida del impulso político, la inversión empresarial y la capacidad para establecer colaboraciones entre los diferentes actores del ecosistema del hidrógeno en Galicia.