El WYSKBAD y tu voto
Nuestro voto contribuye a una decisión colectiva que, como toda decisión, supone un proceso que incluye, es de esperar, un análisis y una conclusión.
Hace unos días, una persona próxima, de habitual voto socialista, me confesó que iba “votar a la derecha”. Su razón era que le parecía indigno que Sánchez hubiese pactado con Bildu. Sin entrar en la veracidad ni el sentido de tal afirmación, me pareció cuando menos una razón insuficiente.
Nuestro voto contribuye a una decisión colectiva que, como toda decisión, supone un proceso que incluye, es de esperar, un análisis y una conclusión. Pensando en esta línea, se me ocurrió traer a colación algunas referencias de The Wrong Manager que me han parecido aplicables al 23-J y, de hecho, a cualquier elección. The Wrong Manager es un libro sobre toma de decisiones que publiqué hace unos meses cuyo subtítulo es Management mistakes and how to avoid them. Trata de decisiones de gestión; parece evidente que nuestro voto es una decisión de gestión colectiva en la que convendría no cometer errores.
La definición inicial de un objetivo, que ha de ser claro y compartido, supone una fase obvia de todo proceso de decisión. Probablemente la mayoría estemos de acuerdo en que un proceso electoral como el actual del 23-J tiene lugar para elegir al gobierno que tenga más probabilidades de hacer que el país progrese y sea un lugar donde vivir mejor. Si ese no es tu objetivo, posiblemente no tengas que seguir leyendo este artículo.
Una segunda referencia aplicable es el WYSKBAD, un acrónimo que acuñé en el libro con el significado: What You Should Know Before Any Decision. En la investigación llevada a cabo para la redacción de The Wrong Manager, detecté que una de las causas principales de los errores de gestión era ignorar uno o varios de los factores clave que determinarán el acierto de la decisión. Identificar esos elementos clave resulta una de las habilidades principales que se deben exigir a cualquier directivo; en general, a cualquier persona con poder de decisión. Como nosotros, ciudadanas y ciudadanos, ante unas elecciones.
¿Cuáles serían esos elementos claves a aplicar a los partidos que se presentan a las elecciones del 23J-? Es decir, ¿cuáles son los factores que deberíamos tener en cuenta para decidir sobre las opciones disponibles? He identificado hasta seis elementos fundamentales sobre los que, posiblemente, la mayoría estaremos de acuerdo. Voy incluso a numerarlos para una mejor definición:
- Calidad moral. La ética de cada opción, cuán de limpia sea su trayectoria como partido y la de sus candidatos, parece un factor clave que merece poca discusión. Los partidos libres de corrupción tendrán –o deberían tener– más posibilidades de ser elegidos que aquellos otros afectos a la corrupción y las prebendas.
- Búsqueda del bien común. Un gobierno debe pensar en la sociedad como conjunto, en el bien común por encima de los intereses de cualquier grupo o colectivo concreto. El partido que pretenda, por ejemplo, la reducción de las diferencias sociales, parece que deba tener nuestro apoyo antes que otro con preferencias hacia grupos específicos de interés.
- La capacidad de sus cuadros. Aquellos partidos con dirigentes más capaces y experimentados serán objeto de nuestra preferencia ante otros sobre los que haya más dudas; y eso tanto en el entorno doméstico –la política interior– como el internacional –la política exterior– teniendo en cuenta las competencias compartidas de España con la Unión Europea.
- La paz social. Se supone que como electores preferimos un ambiente social de tolerancia, diálogo y convivencia antes que otro de crispación, sectarismo y agresividad. Las opciones que promuevan la primera actitud se beneficiarán –sería de esperar– de un mayor apoyo por nuestra parte.
- Protección del medio. La Tierra está en situación de máxima alerta. El riesgo de colapso del medioambiente es cierto y grave. Por ello, la protección del medio natural parece que deba ser otro factor clave a considerar a la hora de tomar nuestra decisión.
- Por último, es legítimo incorporar a esta serie de elementos esenciales nuestro interés particular, como puede ser la mejor predisposición de las opciones disponibles hacia nuestro propio territorio, hacia nuestro sector de actividad o, incluso, hacia nuestra propia clase social.
Vistos los factores clave del WYSKBAD, aquello que deberíamos tener en consideración antes de tomar nuestra decisión, es el momento de someterlos a nuestro análisis. La principal recomendación en esta etapa es la búsqueda de la neutralidad de dicho análisis, conseguir mantenerse ajeno a campañas que busquen nuestra confusión y alienación y a la contaminación de informaciones interesadas. Aplicar la neutralidad al análisis, exige ser consciente del funcionamiento y efectos sobre nuestra mente de los sesgos cognitivos. Entre los sesgos que conviene evitar ante toda decisión de gestión, subrayaría los llamados confirmation bias y el inconsistency avoidance tendency.
El “sesgo de confirmación” es la propensión a buscar y hacer caso únicamente a la información que confirma nuestro deseo o posición prefijada. Tendemos a ignorar aquello que contradice nuestra toma inicial de posición y a reforzar aquello que la puede apoyar. La “tendencia a evitar inconsistencia” se refiere a la dificultad que tenemos para aceptar cualquier decisión que vaya en contra de nuestras más profundas creencias. Un ejemplo extremo: un ultracatólico tenderá a ponderar la relación de un partido con la religión antes que cualquier otro factor relevante de gobierno. ¿Es esta actitud acertada a la hora de tomar una decisión? Posiblemente dependa del objetivo que cada uno persiga; y entonces tendríamos que regresar al comienzo del artículo.