El silencio de Feijóo
El león de Os Peares observa, ventea y, sobre todo, espera. Aguarda, silencioso, hasta ver cómo acaba la reyerta en el PP
El avisado león observa, sereno, y guarda silencio, no ruge. Dos congéneres más jóvenes, macho y hembra, se enfrentan escrutados por su atenta mirada. Los leones son gregarios y cuando las leonas salen a cazar y conseguir así la subsistencia para el grupo, porque eso lo hacen ellas, el macho se queda, supuestamente para proteger al resto. Cuanto más grande y más brame, el melenado león resulta más imponente y parece mostrar un mayor peligro ante posibles ataques del exterior. Hay que proteger a la manada. Y rugir, mucho, advirtiendo, que se oiga bien en la sabana.
Teoría de coaliciones
Temática muy poco conocida aplicable a situaciones complejas y de difícil solución lo supone la denominada Teoría de Coaliciones. En la mayoría de las relaciones conflictivas, siempre hay un tercero, aunque no se aprecie; no se dirimen las trifulcas solo entre dos contendientes; no.
Hagamos un poco de historia, que nunca viene mal. La mayoría de las escuelas de análisis sobre las causas que provocan los conflictos se orientan hacia la confrontación entre dos partes. Uno contra sí mismo, uno contra otro, uno contra la sociedad, uno contra el mundo… Pero en la Alemania de los años sesenta del pasado siglo, surgió una escuela de análisis sociológico, concebida por Georg Simmel, heredero este de una larga tradición germánica de pensamiento teórico, quien plantea una orientación distinta en el análisis de la pugna.
Para sus autores, como Theodore Caplow, la interacción social es fundamentalmente triangular, en lugar de lineal. En palabras de otro de sus representantes, Buckminster Fuller, “todos los enfrentamientos, asociaciones o configuraciones naturales deben basarse en modelos triangulares, ya que de otro modo no tendrían ninguna validez estructural”. A juicio del ya nombrado Simmel, “desde una conversación entre tres personas que dure tan sólo una hora, hasta la relación familiar continua entre otras tres, no existe tríada en la que no aparezca de vez en cuando cierto desacuerdo entre dos de sus elementos… y en la que un tercer miembro no juegue un papel.”
Una tríada consiste en un sistema social formado por tres miembros relacionados entre sí en una situación persistente; implica por tanto la interrelación entre los tres sujetos. Por su parte, una coalición es una combinación de dos o más miembros que adoptan una estrategia común frente a otros sujetos pertenecientes al mismo sistema. Y por fin, una coalición dentro de una tríada es una combinación de dos miembros de dicha tríada frente a un tercero. De esta manera, la formación de una coalición dentro de una tríada divide a ésta en dos relacionados y un tercero que presencia. Siempre y cuando los contendientes sean conscientes de ser observados, claro.
La tríada que acontece en el drama genovés es, en concreto, la denominada de tipo 3, es decir, responde a una relación donde A tiene un peso 1, y B y C un peso 2 cada uno. Y así, las coaliciones posibles son AB o AC; no hay más. Si se mantiene la situación y la contienda entre B y C, por tener pesos similares, se extiende en el tiempo, A se verá obligado a intervenir. No resulta complicado poner nombres a letras. Para que no haya confusión, se pueden cambiar: A por F, B por C y C por A.
Silencio felino
Si el paisaje después de la batalla entre los dos contendientes finalizase en sangrientas tablas, por mero destrozo mutuo, el experimentado león, por instinto, sentirá la obligación de cuidar de la manada y defenderla de un más que previsible cruento asedio exterior. El león de Os Peares observa, ventea y, sobre todo, espera. Aguarda, silencioso, hasta ver cómo acaba la reyerta. La alterada juventud frente a la serena experiencia, el barullo contrapuesto al mutismo sigiloso. En definitiva, la combativa ansiedad confrontada con la exasperante calma. Mientras, busca amparo en el refranero: “más vale hombre con sosiego, que hartura con zozobra”. Sosiega que algo queda.