El comunismo nos quiere dejar sin roscón de Reyes
Sánchez no le quita ojo a Yolanda Díaz, mientras que con Casado duerme la siesta en el Falcon plácidamente
La última del ejemplar ministro comunista de Consumo -el mismo que con un precio estratosférico de la luz no dice ni pío, no vaya ser que se le incomode Sánchez- nos «alerta» de que los roscones pueden contener ingredientes que no sean provenientes de leche de vaca en exclusiva. Y es que este figura primero nos quiere quitar de comer carne, después dejar a los niños sin juguetes y ahora intenta suprimirnos el postre de Navidad. Así gastan su tiempo para intentar justificar la injustificable partida presupuestaria que mantiene abierto un Ministerio estéril y deslavazado para únicamente mantener al burgués ciudadano Garzón.
Pero sus compañeras comunistas de partido no le van a la zaga, y así hemos podido ver cómo la hábil vicepresidenta del Gobierno se apuntaba a la «foto» del AVE siendo ministra de empleo y sin tener nada que ver con el desarrollo, impulso y ejecución de una infraestructura que ha durado más de dos décadas. Y es que es una aguililla de primera está Yolanda, puro marketing político. Yo creo que Sánchez debe estar mas preocupado por su «compañera» de Gobierno, que de una oposición ,que con Casado y Teodoro al frente, no cuaja en el electorado ni por soleares. Por eso mismo Sánchez no le quita ojo a Yolanda, mientras que con Casado duerme la siesta en el Falcon plácidamente a sabiendas de que no es rival. Tiempos enrevesados nos ha tocado vivir.
Este ha sido un año de altibajos. Un 2021 que empezó complicado en todos los aspectos en el primer cuatrimestre, que parecía que se encarrilaba positivamente en la primavera, y que en el verano tuvo de nuevo altibajos para derivar en un último mes del año complejo y que nos deja muchas incógnitas e incertidumbres para el comienzo de 2022.
Aunque tengo que decir que en mi personal caso,-y en lo que se refiere al ámbito profesional- ha sido un año excepcional que me ha abierto oportunidades de negocio y carga de trabajo como no recordaba en más de una década, por lo que solo puedo estar, -y estoy-, muy satisfecho por ello. Aunque debo añadir que nadie me ha regalado nada, ha sido una travesía de constancia y lucha permanente, así de claro. Pero soy totalmente consciente de que esa no ha sido la tónica general, ni mucho menos.
España se encuentra en un momento de su historia muy difícil. Quienes dicen gobernarnos están a lo suyo, a mantener su privilegiada vida a cuenta de lo público, absortos mirándose a sus espejos para vislumbrar quien es el que más luce en sus esperpénticas decisiones y actuaciones, a la vez que practican un egocentrismo insultante y desafiante sin ruborizarse lo más mínimo. Y en todo ello, siempre están rodeados y aplaudidos por una tropa de palmeros y vividores como nunca jamás se había conocido.
Nuestra imagen como país fuera de nuestras fronteras es lamentable. El libertinaje total y absoluto, la ineficiencia, la ineficacia y la desidia son la marca y sello de este Ejecutivo. Los encuentros internacionales con el resto de líderes son patéticos por mucho que sus campañas de marketing político intenten evitarlo. Y de la «gestión» de esta pandemia, mejor ni hablar, porque está a la vista y conocimiento de todos. Eso sí, jamás he visto medios de comunicación y tertulianos adoctrinados tan serviles a la causa de un Ejecutivo como el actual, ¿por qué será? Y después algunos aún se preguntan por qué nos agarramos a la «libertad» de Ayuso como el último clavo ardiendo.
Señoras y caballeros, les deseo a todos ustedes un próspero año nuevo y mucha, mucha salud.