El BNG y Putin “el liberador”

Tener a Putin como el gran liberador de los pueblos que aspiran a la soberanía era y es un manifiesto error político y, como estamos comprobando estos días, un atroz sarcasmo

El portavoz del BNG en el Congreso, Nestor Rego

El portavoz del BNG en el Congreso, Nestor Rego

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La guerra de Putin ha pillado al BNG en fuera de juego. Aunque su líder, Ana Pontón, haya intentado suavizar la posición del conglomerado nacionalista, la realidad es que la invasión de Ucrania se ha leído en la sala de control bloqueira con las gafas más doctrinarias, hasta el punto de que inicialmente no condenaron abiertamente la machada rusa y, mucho menos, al autócrata (un dictador pendiente de homologación, para entendernos) Putin. Es decepcionante. Aún tantos días y tanto sufrimiento después hablan de “intervención militar” para eludir la palabra invasión.

Porque, cualquier acción de los humanos es explicable. Incluso las más aberrantes. Se pueden aportar porqués, explicar escenarios, interpretar claves, analizar estrategias, desmenuzar enfoques y todo lo que se quiera. Pero no todo es justificable. Y en pleno siglo XXI, en Europa, que una superpotencia militar invada a sangre y fuego al país vecino y cause el horror que está causando es, sencillamente, una salvajada. Inaceptable, sea cual sea el argumentario esgrimido. Injustificable. Por eso es decepcionante que el mismo Bloque que aspira a presidir la Xunta en dos años se ponga de perfil y reclame “neutralidad activa” con comunicados estilo años 70. Esto es, dejar solo a un país soberano invadido por una potencia nuclear hasta que a esta le parezca conveniente detenerse.

Pero el Bloque, sin aplaudir la hazaña de Putin (sólo faltaba) ha puesto más énfasis en la “responsabilidad” de la OTAN por su “actitud militarista” y en la UE. Sin atreverse a decirlo claramente, culpan de lo ocurrido no a Putin –un dictador con antecedentes por militaradas de este tipo– sino a la propia Ucrania y sus aliados occidentales. Como si en el dolorido suelo ucraniano se estuviera preparando la invasión de Rusia o como si se diera por bueno el cínico relato de los invasores, que cuentan en sus televisiones oficiales que están limpiando Ucrania de neonazis.

Rusia es la gran financiadora de los principales movimientos parafascistas europeos, incluida su excrecencia española

Es como si al Bloque, al igual que al líder ruso, se le hubiesen regurgitado los tiempos periclitados y añorados de la URSS. Quizás los nacionalistas gallegos hayan desaprovechado una buena oportunidad de actualizar su prontuario y mostrar ante la opinión pública gallega un mayor compromiso con la legalidad internacional y con la democracia, entendiendo por ésta el modelo occidental.  Salvo, claro que se propugne otro, en cuyo caso sus votantes presentes y futuros deberían saberlo.

Para más inri, la Rusia de hoy, la Rusia de Putin y los oligarcas megarricos, nada tiene que ver con aquella Unión Soviética de la retórica marxista-leninista  del siglo pasado. Al contrario, es la gran financiadora de los principales movimientos parafascistas europeos, incluida (hasta ahora) su excrecencia española.

Tener a Putin como el gran liberador de los pueblos que aspiran a la soberanía (soberanía bajo control ruso, claro, léase región ucraniana del Dombás) era y es un manifiesto error político y, como estamos comprobando estos días, un atroz sarcasmo. En ese error parece que patinaron también las gentes de Puigdemont, dispuestas a aliarse con el diablo y los 10.000 hijos de Putin (los soldados que les iba a enviar a Cataluña para garantizar la independencia) durante su abortado procés. Como si al déspota ruso le importase otra cosa que no fuese debilitar y dividir a la Unión Europea. Un muy arriesgado juego de “diplomacia” de cafetería, con espías a lo James Bond, como dice Rufián, y amistades más que peligrosas. Terriblemente peligrosas. Esquerra es el espejo en el que con frecuencia se mira el BNG. Esta vez parece que no. Tampoco en el del PNV, pese a la reciente excursión de Ana Pontón al País Vasco. En materia internacional las diferencias con ambas formaciones nacionalistas son amplias.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp