“CIS parate”
Confirmado, el barómetro del CIS, no miente; tan sólo es que encuesta, en un porcentaje mucho más elevado, a personas militantes o simpatizantes del PSOE y de la izquierda. Ese es el truco. No puede haber otra explicación
Estamos ante un nuevo aquelarre informativo sobre la intención de voto emitido por el CIS, el Centro de Investigaciones Sociológicas, otrora referencia de la investigación de mercados sociales y políticos en España y actual descartado garante del análisis objetivo de las opiniones consultadas. Outra vaca no millo. Tenidos como rumiantes, nos hemos desayunado en la mañana de este lunes con unos datos difíciles de entender, imposibles de asumir.
Ojo al dato
La encuesta previa que da lugar a la actual segunda se realizó antes del debate cara a cara que enfrentó a los candidatos Sánchez y Feijóo en Antena 3. Dejemos de lado los calificativos sobre el debate, porque las justificaciones no solicitadas a los moderadores ya lo describen; sobre todo la cara de pasmo de Vicente Vallés. Ya se sabe, “excusatio non petita…”. Pero el avance de este lunes 17 de julio (3415) vuelve a reafirmar lo expresado en el Barómetro de julio (3413), el propio del mes. Triunfo irremediable del PSOE ante el PP.
En el barómetro específico de julio del CIS, los datos resultan acordes con el modo de formular las preguntas. Después de una serie de requerimientos sobre la situación general internacional y nacional, claramente preparatorias para decantarse por los logros del actual gobierno (por ejemplo, la que hace mención a la invasión de Rusia sobre Ucrania), la propia situación económica es muy buena o buena para casi un 70% de los encuestados, pero la general, la de todos, es valorada como muy buena o buena sólo por un 36,2% de los consultados. Es decir, el español medio interrogado cree que le va peor a los demás. ¿Mande? Con lo a gusto que se queda el españolito quejándose, con un “espérate que ahora te cuento de lo mío”.
El líder mejor posicionado para ejercer la presidencia es, cómo no, el todavía presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el partido más votado, también cómo no, el PSOE, aumentando con respecto al anterior sondeo, muy inmediato. A la pregunta sobre a qué partido votaría de no ser la primera elección, el que obtiene más votos sería Sumar, con un 18,6% en este nuevo sondeo, frente al 20,5% del de hace prácticamente una semana. El resultado sigue siendo inexplicable. Sobre simpatía hacia partidos, se pregunta por Unidas Podemos y por Podemos, que se presentan por Sumar y que también aparece. Otra vez más, y esta vez inaudito, se pregunta así mismo por Ciudadanos… Y de Macarena, ni se acuerdan. ¡Hey Macarena! Protesta, Maca, protesta con ese estilo tan tuyo ya no en un prostíbulo, en una despedida de solteras…
El conocimiento de los votantes consultados sobre Pedro Sánchez es mucho mayor que el atribuido a Núñez Feijóo (la preferencia sobre Sánchez sube y la Núñez Feijóo baja, incluso con respecto al barómetro anterior al cara a cara), y en el reconocimiento de los ministros hay informaciones un tanto contradictorias; las dos ministras más conocidas son miembros de Podemos, es decir, no son del PSOE, pero son las peor valoradas. Después de un análisis detallado de toda la información aportada con estos dos nuevos barómetros solo cabe una deducible conclusión rotunda: confirmado, el barómetro del CIS, no miente; tan sólo es que encuesta, en un porcentaje mucho más elevado, a personas militantes o simpatizantes del PSOE y de la izquierda. Ese es el truco. No puede haber otra explicación.
Manipula que algo queda
Con todo lo anterior, el futuro está escrito: el PSOE va, convencido de sus certezas, a su propia perdición en un mar de manipulaciones, cada vez más burdas y que, sin duda, le pasarán una profunda factura. No hay nada peor que considerar que tienes razón y que no te la den. ¡Es que lo saca a uno de quicio!
Frente a los errores de Feijóo, que, por extraño que parezca, lo humanizan, los aciertos de Sánchez, lo demonizan. Por cansino, el electorado tomará sus medidas.
Aún queda campaña por delante, así que todavía se pueden arañar esos 300.000 votos que darán la victoria a uno de los dos grandes partidos. Por ello, recomendamos seguir las indicaciones de un muy reconocido politólogo, nada de Tezanos, Michavilas o los Redondos de turno, incluso algún que otro MAR triunfante, no, algo más contundente. De los 11 principios de la propaganda que enunció, hay dos que faltan por poner en funcionamiento: el principio de renovación y el principio de unanimidad. Por el primero, hay que buscar un par de argumentos más para seguir empecinados en el acierto; por el segundo, cumple seguir demonizando a la derecha acusándola de hipotecar el futuro. Tezanos lo avala. Lástima que las dos propuestas provengan de los once principios que Goebbels atribuyó a una propaganda bien armada. El totalitarismo viene en auxilio.