Bienvenido, Mr. ChatGPT
Gran revuelo está causando la llegada arrasadora de la aplicación ChatGPT. Voces airadas la saludan con gran encono, blandiendo la indignada espada frente a la copia como defensa; la verdad es que la aplicación se las trae
El 4 de abril de 1953 se estrenó en el todavía resistente Cine Callao de Madrid una de las películas más icónicas del cine español, “Bienvenido, Mr. Marshall”. En este mes de abril de 2023 se cumplen, por lo tanto, 70 años de su primera pantalla.
Aunque el argumento es sobradamente conocido, no está de más recordarlo con brevedad: en un pequeño pueblo castellano de nombre Villar del Río esperan ilusionados la visita de unos norteamericanos a los que recibirán con estereotipados referentes andaluces, mientras los lugareños sueñan con beneficiarse de los arquetipos más sobados del imaginario yanki. Todo muy español, donde, como decía el clásico, los sueños, sueños son. El final también es harto sabido: los americanos pasan raudos y veloces por el medio del pueblo dejando a los emocionados andaluces de pega compuestos y sin las ensoñaciones cumplidas.
Anecdotario vario
Cargada de ironía, resulta una comedia costumbrista, aunque mordaz y socarrona, muy al estilo de su director, el inefable Luis García Berlanga. Destaca sobremanera el llamado para la gloria discurso del alcalde, un impagable dueto compuesto por Pepe Isbert ayudado por un Manolo Morán caracterizado como empresario flamenco henchido de prosapia, quienes, sin sombrero y con vestimenta más actual, bien podrían pasar por un Tamames de otra época, esta también en blanco y negro, y un elocuente Abascal. Al modo del provocador censurante, Morán se permite desde el balcón a modo de púlpito arreglar la vestimenta de los absortos pueblerinos. “Oye niño, cámbiate el sombrero con el de al lado que ese te está un poquito pequeño”, le dirá Morán a un infante del “noble y bravo pueblo” presente que se volcará con los americanos. Si es que ya lo decía don Manuel Fraga, el que vale, vale para todo. Total, ¡pa ná!
Corre por los mentideros del anecdotario patrio referido a la insigne comedia que Berlanga se las tuvo que ingeniar para cambiar los designios de la productora, Uninci, cuando se les encargó a él y a Juan Antonio Bardem, otra “pareja feliz”, hacer el libreto para una película “de ambiente andaluz”, tal y como rezaba el contrato, con el objetivo explícito de promocionar a la tonadillera Lolita Sevilla. Pues bien, la combinada inteligencia natural de Berlanga y Bardem consiguió dar la vuelta al argumento, ideando una película totalmente distinta donde ambiente y canciones andaluzas sirven a otro propósito. Parece ser que a esto lo llaman creatividad.
ChatGPT está entrenada para mantener conversaciones fundadas con cualquier pregunta que se le formule, dando respuestas acertadas y completas
¡Que viene el lobo de la inteligencia artificial!
Gran revuelo está causando la llegada arrasadora de la aplicación ChatGPT. Voces airadas desde la academia la saludan con gran encono, blandiendo la indignada espada frente a la copia como defensa. La verdad es que la aplicación se las trae. Es un chat de inteligencia artificial GPT-3 de la empresa OpenAI que está triunfando por sus funcionalidades y que también trae consigo una legión de seguidores, tanto diseñadores como usuarios, felices de ahorrarse el farragoso trabajo de copiar directamente.
La aplicación está entrenada para mantener conversaciones fundadas con cualquier pregunta que se le formule, dando respuestas acertadas y completas, expuestas de manera casi, casi propia de una inteligencia natural. O, al menos, de algunas.
Pues bienvenida ChatGPT, y al modo berlanguiano, nos va a exigir exprimirnos las meninges, en particular en las enseñanzas de todo tipo, para solicitar a quien se le requiera un trabajo escrito (lo de pedirlos redactados a mano es una ocurrencia propia de cualquier guion del valenciano don Luis) que haga algo o – r – i – g – i – n – a – l. De eso se trata, basta ya de copiar, en ocasiones de manera tosca y evidente, y solicitemos ideas nuevas, inéditas, fruto de la reflexión y el trabajo, eso sí, cómo no, sobre lo ya elaborado. Pero, para ello, habrá también que dar ejemplo y que los solicitantes hagan lo propio. Se suele decir, de manera un tanto socarrona, que plagiar es copiar de una fuente y que investigar no deja de ser más que copiar de varias. Vamos, lo que hasta ahora era el ya automatizado golpe de mano Ctrl C, Ctrl V.
Se acerca la Semana Santa y es tiempo de penitencia. En línea con el maestro del disparate patrio Berlanga, recomendamos dedicar un genuflexo tiempo a orar tomando como catecismo el discurso pronunciado por el profesor Tamames, editado horas después por JdeJ Editores con el título de Por una España de todos: nuestro mejor futuro, disponible en Amazon al asequible precio de 4,74 euros. Barato, barato.