Atlas 2.0
La RSE entendida al modo clásico, de la que inteligentemente se aleja el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, se encuentra en un estadio de autocomplacencia que invita al bostezo
Segunda edición ya del Atlas Galego da Empresa Comprometida (AGEC), esa valiente iniciativa de este medio, Economía Digital Galicia. Valiente no tanto por lo que plantea, sino mucho más valiente por lo que trasluce. Una mirada con cierto detalle, por qué no, incluso crítica, pone en evidencia cuestiones que para Galicia debieran ser de importancia futura; o presente.
Bostezo de la RSE
La atenta lectura de esta segunda edición nos produce una cierta sensación de estar en el mismo punto que en la primera. Parece como si todo lo relacionado con la RSE estuviera estancado, como si nos hallásemos dando vueltas siempre sobre los mismos temas. La situación resulta un poco aburrida y de tan soporífera invita a bostezar.
Hace ya algunos años, una investigación realizada por Atsushi Senju, profesor de la Universidad de Londres, puso de manifiesto que el contagio del bostezo, un acto reflejo que se repite asiduamente, podría encontrar su origen en los mismos mecanismos cerebrales que hacen que las personas sintamos empatía por los demás.
En su artículo, Senju indaga en el mecanismo que genera la prácticamente inevitable necesidad de abrir la boca ostensiblemente cuando lo observamos en un congénere. La causa seguía siendo, hasta ahora, un completo misterio.
A través del trabajo comparado entre un grupo de niños autistas y otro con niños que no presentan dicha afección que consiste en un problema severo que implica al desarrollo de la interacción social, así como a la comunicación con el entorno, en particular a la empatía por parte de los autistas, se concluyó que los niños con autismo bostezan menos que los niños que no lo son. Expuestos ambos grupos a videos con personas ejerciendo el bostezo y a otros moviendo la boca en situaciones normales, se observó como ambos grupos bostezaban igual número de veces, es decir, espontáneamente, cuando las fotografías correspondían a personas que simplemente movían la boca, no sucediendo lo mismo cuando las imágenes eran explícitas.
«La RSE se encuentra en un estadio de autocomplacencia que invita al bostezo»
Afirma Senju en su artículo que la empatía es fundamental para el contagio en los bostezos. Concluye además que este fenómeno puede observarse en unas pocas especies de primates, en concreto sólo entre los seres humanos y en los chimpancés, aludiendo a la teoría de los antropólogos que estiman que esta conducta nació durante las largas horas de vigilia que tenían que mantener nuestros antepasados para permanecer alerta ante posibles ataques de los depredadores. Y algo así le lleva pasando a la RSE entendida al modo clásico, de la que, inteligentemente, se aleja la publicación. Por una parte, esta se encuentra en un estadio de autocomplacencia que invita al bostezo; por otra, quizás venga determinado dicho estado por la vigilia que se ha de mantener para evitar que sean cuestionadas sus actuaciones.
Atlas más digital
Repuestos de una cierta sensación de adormecimiento, el Atlas evidencia, al menos, tres cuestiones de importancia capital: en primer lugar, la ausencia total de entidades de educación y formación (salvo Netex, a la que incluimos entre las tecnológicas); en segundo lugar, la casi inexistencia de las relacionadas con la investigación y la I+D+i (representada solo por Amslab) y, finalmente, el escaso número de empresas de tecnología (salvo las grandes e imprescindibles en Galicia, en concreto cuatro).
En el caso de las empresas destacadas, de las 12 referidas, solo una pertenecería y con matices (en concreto, R) al cuarto sector como tal, el tecnológico, ese sector que engloba ya a las mayores empresas en el mundo.
El Atlas vale, y vale mucho ya de por sí como herramienta de análisis, como reflejo de una situación de la inteligencia aplicada a las empresas en Galicia (Galicia Smart Business) y que acompaña al segundo término de este mismo medio: Digital. La mayoría de las concepciones sobre la RSE/RSC actuales obvian el mundo digital y se centran en lo material. Y no dejando de ser importante, cómo no, lo material, lo digital también importa y mucho. Recomendamos a los autores del Atlas, grandes y muy reconocidos profesionales como Marcelino Fernández Mallo y Virgilio Costas, factótums de esta ya imprescindible iniciativa, que incluyan una nueva categoría, ya exenta y específica sobre tecnología, dedicada a todo lo relacionado con el Impacto Tecnológico. El Metaverso acecha y a pesar de estar avalado por la fagocitante y soberbia Facebook, parece que pueda tener un gran predicamento futuro. En enunciado feliz del imprescindible hacedor de frases Winston Churchill, “si comenzamos una discusión entre el pasado y el presente, descubriremos que hemos perdido el futuro”.