La magnitud de la catástrofe incendiaria
El fuego segó cuatro vidas, calcinó 26 casas, quemó diez vehículos y acabó con un patrimonio natural todavía pendiente de contabilizar
Más de 4.000 hectáreas. Esa era la cifra que se manejaba el domingo por la tarde, cuando el fuego avanzaba a velocidad vertiginosa por Galicia y los equipos de extinción estaban desbordados. Todavía no está contabilizada la superficie quemada, pero está claro que multiplicará esta cantidad. Este martes, cuando dejó de haber peligro para las viviendas, todavía permanecían activos medio centenar de incendios.
Pese a la provisionalidad del balance, la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, fue capaz de detallar parte de los daños materiales causados por las llamas, que acabaron con la vida de cuatro personas.
El fuego quemó en cuatro días más que todos los incendios del verano
Fueron casi 300 fuegos en cuatro días que calcinaron más hectáreas de las que habían ardido en todo el verano, según la conselleira. Esta ola incendiaria se saldó con la «afección» en una vivienda habitada en la provincia de Lugo, dos deshabitadas y otras tres vacías o deshabitadas en Ourense y 20 en Pontevedra, 16 de ellas habitadas y cuatro deshabitadas. En total, 26 casas acabaron calcinadas.
El fuego causó daños en tres instalaciones de Lugo (dos alpendres y un pajar en ruinas), un galpón en Ourense y otros 10 en Pontevedra, así como siete naves en esta última provincia, dos de madera, una de distribución de bebidas, una de almacenamiento de material de construcción y tres de ganado.
A esto hay que sumar el daño incalculable al patrimonio natural, especialmente en Os Ancares, reserva de la biosfera y paraje de la Red Natura 2.000.