Finsa bate su récord de beneficios

La multinacional compostelana Finsa refuerza su liderazgo con un beneficio neto de más de 70 millones en 2016

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El líder maderero ha dado un solemne portazo a la crisis, que acusó durante años por su estrecha relación con sectores como la construcción. Financiera Maderera (Finsa), la multinacional compostelana, ha logrado batir su récord de beneficios. Lo ha hecho al cierre de 2016, ejercicio en el que las ventas se resintieron por la inactividad derivada de su proceso inversor en determinadas plantas, pero en el que sobresalió la gestión de los costes.

En 2016, y según las cuentas aprobadas en la junta general de accionistas de Finsa, la cifra total de ventas ascendió 798 millones de euros, sensiblemente por debajo de los 817 millones de euros de 2015. Los costes, en términos globales, se redujeron en torno a un 4% respecto al año anterior.

Fruto de ello, la cuenta de resultados de Finsa como grupo consolidado presenta un ebitda recurrente (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de nada menos que de 119,2 millones de euros (109,4 millones en 2015), «el cual se ha destinado, fundamentalmente, a realizar inversiones en inmovilizado material y a la reducción del endeudamiento a largo plazo», señala la compañía en su memoria.

Brillan los beneficios

El resultado de explotación, el derivado de su propia actividad, ha sido de 91,7 millones de euros, por encima de los 80,5 millones de 2015. Del total, el resultado neto atribuido a la sociedad dominante alcanza los 70,5 millones de euros (58,1 millones en 2015).

Dos razones esgrime el grupo maderero para explicar la evolución de los ingresos. Por un lado, «la bajada de los precios de venta en el negocio químico, consecuencia de la bajada del precio de las materias primas a nivel mundial, y el descenso del precio de venta de la energía eléctrica procedente de nuestras plantas de cogeneración».

La bajada de los precios de venta de la energía y del negocio químico han pasado factura a Finsa en 2016

Otro factor que explica esa sensible caída de ventas reside en el negocio de productos derivados de la madera, que se ha visto afectado por las inversiones «que hemos llevado a cabo durante el ejercicio en varias plantas del grupo, con la finalidad de reestructurar y actualizar las capacidades productivas». «La ejecución de estas inversiones ha supuesto una reducción temporal de nuestra capacidad de producción», explican.

Control de costes

Los costes, señala en su memoria, se han reducido en su conjunto, «como consecuencia de la bajada de precios de las materias primas, en especial, de las materias primas utilizadas para la fabricación de colas, de la energía eléctrica y de los productos derivados del petróleo». Como consecuencia de la reducción de esos costes se ha producido una mejora en el ebitda recurrente del grupo del 9%.

La compañía explica que el resultado de explotación ha aumentado un 14% respecto al ejercicio anterior, «debido a la mejora del ebitda y a la obtención de determinados ingresos no recurrentes derivados de siniestros ocurridos en ejercicios pasados». El resultado total del ejercicio, antes de impuestos, también ha aumentado un 8%, «aunque en menor proporción, afectado por las diferencias de cambio originadas por la fluctuación de las divisas, principalmente, la libra esterlina».

El grupo, de capital familiar, está conformado por una veintena de sociedades y presencia en más de diez países, tanto comercial como fabril. La compañía compostelana da empleo a más de 3.000 trabajadores, y ha pasado página a crisis como la de Faus. El año pasado procedió a rematar la liquidación de esta filial.

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