El ‘CSI’ del fuego: así luchará Galicia contra los incendios
La Xunta diseña una “policía administrativa” para controlar las tareas de prevención y un grupo de investigación especializado contra los incendiarios
Los trágicos incendios del 14 y 15 de octubre, que se cobraron la vida de cuatro personas en Galicia, provocaron una inmediata reacción de la Xunta, que a través de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, llevó al Parlamento un paquete de 30 medidas de ordenación del monte y lucha contra el fuego, algunas tan llamativas como la creación de una red de cámaras de vigilancia en lugares “estratégicos” con el objetivo de identificar a los incendiarios.
Nada de estas cámaras de vídeo consta en el primer borrador del nuevo Plan Forestal que Medio Rural trasladó a la cadena de valor, pero sí que muestra el documento algunos de los elementos centrales para el Gobierno gallego en la actuación contra el fuego.
Tres ejes
Los ejes son claros. Por un lado, la revisión y actualización de los planes de prevención y defensa contra incendios tanto a nivel autonómico, a través del Pladiga, como con la elaboración de planes específicos para cada uno de los 19 distritos forestales de la comunidad.
Por otro, se intensifica la restricción de usos del monte, ya sea con fines recreativos o en la misma normativa de quemas, que la Xunta prevé endurecer.
El tercer eje pivotaría sobre la creación de una red de investigación, con técnicos especialistas coordinados con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, dotada de medios específicos, para determinar y analizar las causas de los incendios.
Las brigadas de investigación
Concretamente, el Plan Forestal propone actuar mediante “un equipo operativo de ámbito regional” apoyado por “dos agentes forestales” por cada distrito con el objetivo de reforzar la vigilancia y “acotar la actividad criminal incendiaria”.
La puesta en marcha de un cuerpo profesional de técnicos de investigación, las llamadas Brigadas de Investigación de Incendios Forestais, partirá de un proceso de formación en las tareas necesarias para “determinar las causas originarias de los incendios”.
Documentarlo todo
Estos equipos, según lo describe el borrador del Plan Forestal, tendrán acceso a los datos fundamentales de la investigación, desde las entrevistas a testigos o personas afectadas hasta los puntos de inicio del fuego o la revisión de las pruebas obtenidas.
Este trabajo no solo sirve para el desarrollo de la investigación de un incendio concreto, sino que pasará a formar parte de una gran base de datos sobre las causas de los incendios, el Rexistro administrativo de Investigacións en materia de incendios forestais de Galicia, llamado a ser una herramienta clave a la hora de decidir las medidas a adoptar en la política contra el fuego.
La policía del monte
El Plan Forestal también admite la posibilidad de crear de manera complementaria las Brigadas de Investigación de Incumprimentos Preventivos (BIIP) en cada distrito. Estarían formadas por dos agentes forestales que “asumirían las funciones de policía administrativa y custodia del terreno forestal”, según especifica el documento.
Básicamente, se encargarían de vigilar el cumplimiento de la normativa en materia de prevención. El Plan Forestal prevé la puesta en marcha de franjas de gestión de biomasa, agrupaciones de parcelas en las que los propietarios garantizan el cuidado del monte con el objetivo primordial de proteger núcleos de población, infraestructuras, redes de transporte y fuentes de energía. La “policía administrativa” tendría entre sus funciones velar para que las medidas de prevención se apliquen.
Una estructura defensiva
La implementación de estas zonas de gestión, como si una red de defensa contra el paso del fuego se tratara, se defiende en el documento como un “componente básico” contra los incendios y para la protección de “poblaciones, infraestructuras, equipamientos sociales, zonas edificadas y polígonos industriales”.
Medio Rural propone la elaboración de un inventario de esta red de franjas de seguridad, cuyo desarrollo permitiría fijar los criterios de distancia entre las masas forestales y otros terrenos e instalaciones. Es decir, la proximidad del bosque a viviendas o infraestructuras, por ejemplo.