La deriva moralista de Youtube para lavarse las manos

Youtube busca desesperadamente una alternativa a su modelo de negocio que contente a los publicistas y al público general

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Si existiera una competencia para decidir cuál es la red social más cuestionada, quizá Youtube quedaría de segunda, solo superada por Facebook. La plataforma de vídeos, un negocio de Google, también está en el ojo público al ser acusada de condonar los contenidos extremistas y alimentar una cultura virtual tóxica a sabiendas del daño causado y con el propósito de aumentar las visitas y el tiempo de reproducción de los vídeos.

La semana pasada, fuentes anónimas de la empresa revelaron que, ante la disyuntiva de censurar el extremismo o seguir creciendo, Youtube se decidió por la segunda opción. Es decir, que el portal de vídeos más popular del mundo sabía el tipo de sentimientos que se estaban cultivando entre algunos de sus creadores de contenido y se desentendió del problema con el ímpetu de aumentar las ganancias por publicidad.

Esta semana, otras fuentes de la compañía tiraron nuevamente del anonimato, esta vez para desvelar que sus jefes introdujeron dos nuevas métricas internas en los últimos años para analizar el rendimiento de los vídeos. Una métrica rastrea el tiempo total que los usuarios gastan en la página, no solo viendo vídeos sino también comentando y leyendo comentarios de otros usuarios. La parte más social, pues.

La segunda métrica raspa lo moralista y se llama «tiempo de reproducción de calidad». Se trata de una supuesta forma de medir el contenido que consigue un resultado más constructivo que simplemente tener al público pegado al móvil o al ordenador viendo vídeos en bucle. «Los cambios recompensan los videos que son más aceptables para los anunciantes y el público en general», dice Bloomberg, que lanzó la noticia en exclusiva.

La solución de Youtube no gustará a los youtubers

No hay tal cosa como un almuerzo gratis, y por lo tanto es del máximo interés de Youtube que estos cambios también le ayuden a mejorar su imagen, desgastada en los últimos años no solo por los contenidos extremistas, sino también por las decisiones que toma que afectan a los youtubers y la asombrosa cantidad de errores que suelen cometer sus algoritmos de recomendación y de moderación.

No obstante, la plataforma todavía no ha especificado a los creadores de contenido y al público general cómo afectará la implementación de estas nuevas métricas. Y es que el modelo de negocio actual de Youtube –que incluye tanto el dinero que ingresa por publicidad como el que paga a los youtubers más exitosos por concepto de reproducciones– se basa en una métrica introducida en 2012, llamada «tiempo de visualización».

Pero las nuevas métricas, que Youtube no confirma ni deniega, transformarían por completo el modelo de negocio. No solo cambiaría la forma en que la empresa paga a los youtubers o coloca anuncios en los vídeos más populares, sino que modificará el sistema de recomendaciones de la página y hasta los resultados de las búsquedas en la plataforma. Cuando algo similar pasó antes, los youtubers estallaron en enojo.

Youtube no puede poner orden con 10.000 moderadores

Después de todo, el plan de Youtube es loable. Pero también es una misión imposible. La subsidiaria de Google dice que para aplicar la métrica de «tiempo de reproducción de calidad» usará una mezcla entre software y recursos humanos, lo que no es una novedad: en 2017, la empresa contrató a 10.000 empleados para supervisar el contenido. Los frutos de esta contratación no son del todo claros, visto el asunto que nos ocupa.

¿Y el software? Los propios empleados de Youtube reconocen que el sistema de inteligencia artificial que analiza los vídeos es muy bueno para encontrar contenidos sobre asuntos divisorios o polémicos, pero después no es tan productivo para decidir si la forma en la que se tratan estos asuntos es positiva o negativa. Google tal vez puede construir un algoritmo que navegue estas ambigüedades, pero no será pronto.

«A menos de que los empleados de Youtube planeen sentarse a ver cada vídeo en la plataforma antes de validarlo como contenido apto para publicidad, los mismos escándalos sucederán una y otra vez», vaticina The Next Web. Hace un año se estimaba que a Youtube se agregan 300 horas de vídeo por minuto… eso es 18.000 días de vídeo subidos a la plataforma cada día

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