El bloqueo político frena el avance del vehículo eléctrico
La parálisis de las subvenciones a la compra rompe la tendencia al alza de las ventas de modelos enchufables
Los eléctricos todavía son una minoría en el parque de vehículos español, aunque en los últimos meses las ventas de estos modelos habían crecido a buen ritmo. Entre enero y septiembre se matricularon 3.284 enchufables, un 79% más que en 2015. El empuje de esta clase de vehículos sostenibles no es casual: había subvenciones a la compra.
El plan MOVEA del Gobierno ha destinado hasta agosto 16,6 millones de euros para crear el hábito de comprar este tipo de vehículos. De media se otorgaban 6.000 euros a cada comprador, que también servían para que los particulares pudieran instalar un punto de recarga en su garaje si no tenían ninguno cerca.
Sin embargo, el bloqueo político a la investidura impide renovar el programa de subvenciones y preocupa en el sector. No en vano, en septiembre se vendieron apenas 342 vehículos eléctricos, según datos de Anfac. «La perspectiva de un Gobierno en funciones no ayuda», explican fuentes de la asociación, que reclaman un plan más ambicioso para fomentar esta tecnología, del estilo de los que implantan países como Alemania o Reino Unido.
Los híbridos resisten
Comparten el diagnóstico los vendedores. Desde Ganvam reconocen que las ventas se están resintiendo aunque destacan que la suma de coches eléctricos e híbridos alcanza ya el 3,6% del total de matriculaciones. Precisamente los híbridos han resistido tras el fin del MOVEA y en septiembre se vendieron 2.604 unidades, un 70% más que un año antes.
El desafío de los enchufables es mejorar la autonomía de las baterías, aunque en numerosos modelos ya se recargan en menos de media hora. «En unos años ni siquiera hará falta implantar puntos de recarga en las carreteras», destacan fuentes de la asociación de vendedores. En la actualidad existen tres clases de vehículos eléctricos: los que pueden recorrer hasta 90 km, los que alcanzan los 150 km de autonomía y los que superan esta cifra.
El otro reto para el impulso de los enchufables es reducir los precios hasta que no frenen a los compradores a la hora de optar por esta tecnología más ecológica. Fabricantes y vendedores coinciden en que es crucial mantener las subvenciones por lo menos mientras el importe sea tan económico como el de los vehículos convencionales.