Bodegas La Val: "Vendemos a 23 países y entraremos en Polonia y Rusia"

La Denominación de Origen Rías Baixas cumplió su 30 aniversario el año pasado. Es la punta de lanza de un sector vitivinícola gallego que crece a pasos agigantados y que cada año suma nuevas distinciones. Una de las primeras bodegas en formar parte de este consejo regulador fue Bodegas La Val, que se alzó con el Bacchus de Oro por su La Val Sobre Lías cosecha 2011 y un Bacchus de Plata para La Val cosecha 2017. La bodega con sede en Salvaterra de Miño prosigue su expansión con la apertura de su tienda online el pasado mes de octubre, la modernización de sus instalaciones y la búsqueda de nuevos mercados en el este de Europa. Antonio Ruiloba es socio-administrador de esta bodega que el año que viene soplará las 35 velas.

¿Cómo nace Bodegas La Val?

Nació en el año 1985 en O Rosal de la mano José Limeres, que procedía del sector de la restauración. Era un emprendedor que contaba con restaurantes conocidos en Madrid como el Portonovo y que se venía a Galicia a nutrirse de productos de calidad. Se dio cuenta de que al comprar distintos albariños no tenía un producto homogéneo y decidió poner en marcha las Bodegas La Val, que fue una de las primeras bodegas en incorporarse a la Denominación de Origen Rías Baixas.

¿Cuándo se produce su entrada?

En el año 2009, Fernando Bandeira, que ya era gerente y al que ya conocía en Vigo, me propuso el proyecto y la verdad es que fue un golpe de enamoramiento. Yo procedía del sector financiero, de la consultoría y del automóvil, pero no lo dudé. Al principio fue difícil, sobre todo a nivel de financiación, pero conseguimos sacarlo adelante y crecer.

Buena parte de este crecimiento viene por el mercado exterior, ¿no?

Nosotros exportamos ya en torno al 75% de lo que producimos. Participamos en un consorcio de cinco bodegas de cinco denominaciones de origen diferentes junto a un Rioja, un Requena, un Ribera de Duero y un cava catalán. Ya estamos presentes en 22-23 países y ahora estamos buscando dar el salto a nuevos mercados como Polonia o Rusia.

¿Qué novedades han lanzado?

Hemos lanzado el Albariño crianza sobre lías y el Albariño de larga duración fermentado en barricas. Son unas propuestas novedosas, porque, en unos vinos blancos gallegos, la gente espera unos vinos jóvenes y estas variedades ofrecen un contraste interesante.

¿Introducirán algún cambio en sus instalaciones?

Sí. Introduciremos una planta de nitrógeno que nos permitirá generar nuestro propio nitrógeno para inertizar los procesos y además estamos poniendo en marcha una instalación fotovoltaica. Nos hemos dado cuenta de que encajan a la perfección en el sector vitivinícola. Producen más en las épocas en las que precisamente más energía necesitamos para enfriar nuestra producción. Además, nos permiten reducir nuestra huella de carbono, que para nosotros es algo muy importante.