Marco Aime: »El muro se debe construir contra Wall Street, no contra los extranjeros»
El antropólogo cultural asegura en 'Contra el racismo' que si Europa no cambia de dirección caminará ''hacia su disolución''
Marco Aime es profesor de Antropología Cultural en la Universidad de Génova. Aime ha coordinado el libro Contra el racismo, que acaba de publicar ED Libros, la editorial de Economía Digital que dirige Fèlix Riera, en el que, desde cuatro perspectivas diferentes, se apuesta por una sociedad abierta que sepa distinguir entre los problemas socio-económicos de las sociedades avanzadas, con sus conflictos internos, del origen de sus ciudadanos, que, por fuerza, será cada vez más plural. «El muro se debe construir contra Wall Street, no contra los extranjeros», asegura Aime en una entrevista con Economía Digital.
El profesor italiano aborda en un capítulo del libro la asociación entre la cultura y la raza. «Se dice cultura, se piensa raza», asegura. En su trabajo analiza cómo la pérdida de influencia de las ideologías más respetuosas con esa pluralidad social ha sido aprovechada por movimientos populistas. «En este vacío ideológico se insertan partidos y movimientos que proponen un relato de tipo etno-nacionalista, como en el caso de la Liga Norte en Italia; el Frente Nacional en Francia, el movimiento de Geert Wilders en Holanda, el Perussuomalaiset (los auténticos finlandeses) en Finlandia, y de grupos políticos afines en Hungría, Austria, Dinamarca. Estos relatos, como todos los relatos, no tienen que ser necesariamente ciertos, pero sí deben servir para resolver los problemas del presente y sobre todo sofocar el descontento», afirma Aime.
La izquierda «ha desaparecido»
Este profesor italiano, que ha coordinado el libro Contra el Racismo, prologado en castellano por Joan Subirats (ED Libros), insiste en que no se puede atribuir el problema social en Europa a los inmigrantes. «En una situación económica frágil, el factor de la inmigración no es el causante, y en lugar de construir un muro contra los extranjeros, debemos construir un muro contra Wall Street», señala, en alusión a la necesidad de restarle poder al mundo de las finanzas, que se han apropiado de la economía.
Contra el Racismo consta de cuatro estudios diferenciados. En el primero, Guido Barbujani, profesor de genética en la Universidad de Ferrara, aborda en En lugar de la raza, las falsedades que se han difundido a lo largo de la historia sobre las supuestas diferencias genéticas entre los pueblos. La conclusión es que habría tantas razas como individuos, porque todos son diferentes.
El segundo estudio es el de Marco Aime. El tercero lo firma Federico Faloppa, profesor de lingüística italiana en la Universidad de Reading, y, bajo el título de Por un lenguaje no racista, desarrolla toda la casuística sobre el léxico. En el cuarto trabajo, Clelia Bartoli, profesora de derechos humanos en la Universidad de Palermo, señala uno de los puntos negros de los gobiernos europeos. Con el título de Concentrar, segregar y asistir, Bartoli se adentra en la responsabilidad de los decisores públicos, desde arquitectos a urbanistas, para construir barrios enteros en los que los inmigrantes quedaron apartados del conjunto de la sociedad supuestamente de acogida.
Bartoli entra de lleno en el problema de los refugiados en Europa, pero también en las experiencias anteriores con oleadas de inmigrantes. Su tesis es que dejarles de lado acabará repercutiendo en el conjunto de los países europeos. «Los efectos de la exclusión social no afectan solo a los excluidos. Si una parte se queda atrás, a la larga –con pocas excepciones– todos pagan las consecuencias: ha sucedido con el sur y parece volver a suceder con la población de origen extranjero. Si una minoría no crece, si tiene menores oportunidades de educación y escaso peso político, su malestar repercute sobre la mayoría».
Marco Aime considera que la falta de un relato consistente, por parte de una izquierda política que se ha dejado comer el terreno –a su juicio– ha dado lugar a los «personalismos», que se pueden identificar ahora en las figuras de Marine Le Pen, Trump o Beppe Grillo.
Y que eso lo ha favorecido el mapa mediático. «Los partidos han perdido peso –asegura a Economía Digital– mientras han avanzado los líderes, a causa, también, de su mayor presencia en las televisiones, que impone un lenguaje directo y sencillo, donde la audiencia quiere ver caras, no partidos».
Para este profesor, el mensaje debe quedar claro: «Y si no comenzamos de nuevo a hablar de ideas, de accciones colectivas, caeremos en el trumpismo».
Aime señala que una de las razones para leer Contra el Racismo es que siempre «es mejor prevenir que curar», y que los fantasmas del fascismo, que reinó en los años treinta del pasado siglo en Europa, pueden volver. Utiliza para ello la frase de Primo Levi, con la idea de que lo que «ha ocurrido», puede «volver a suceder».
Escuela pública, escuela pública….
¿Solución? Aún a riesgo de caer en una cierta ingenuidad, Aime sostiene que lo más importante de todo «sigue siendo la escuela pública». A su juicio, «se debe estudiar no a partir de la base nacional, sino a partir de la historia global, que hable de toda la civilización, no sólo de la nuestra. Los chicos y chicas deben habituarse a tener compañeros y compañeras de origen muy diverso».
En tiempos de turbulencias, Contra el Racismo es una propuesta para «buscar la construcción de una sociedad nueva», según Aime.