Así diseñó su sucesión Epifanio Campo, el empresario que invirtió en (casi) todo
Sus hijos, Jacobo y Blanca, se colocan al frente de un grupo que maneja más de 300 millones en activos; Campo deja una colección de inversiones que van desde Inditex a Ezentis, pasando por Iberdrola, Red Eléctrica o BBVA
Galicia pierde a uno de sus grandes empresarios. Tras una larga batalla con la enfermedad, Epifanio Campo falleció en Vilalonga (Sanxenxo). Este viernes se celebra el funeral a las 18.30 horas en la iglesia de la localidad. La despedida hará un paréntesis en la ejemplar discreción que ha marcado la actitud del empresario y que comparte buena parte de sus socios en proyectos de toda índole, nombres ilustres como Manuel Jove, Manuel Añón o Amancio Ortega.
Campo deja tras de sí un patrimonio que un estudio de El Mundo había valorado en más de 500 millones en 2010. Al frente se colocarán sus hijos, en una sucesión controlada. La muerte de su padre coge a Jacobo y a Blanca Campo ya colocados en la primera línea de un grupo que maneja más de 300 millones en activos.
También la hermana de estos, María, está en el consejo de Rodonita, el brazo inversor donde se concentran los negocios de la cerámica y la energía, principales fuentes de ingresos del conglomerado familiar.
Sucesión planificada
El relevo generacional estaba en marcha. Jacobo, según fuentes empresariales, fue el hijo que más responsabilidades tomó en el día a día del grupo. Hace poco más de un año, Epifanio Campo lo puso al frente, junto a su hermana Blanca, de las sociedades eólicas y del grupo de cerámica.
En el arranque de este verano, empresas como Eólicos da Mariña, Sociedad Eólica Ourol, Refractarios Campo o Rodonita Energía, pasaron a estar administradas por el brazo inversor familiar, Rodonita, donde son consejeros Jacobo, Blanca y María Campo. Acto seguido, Jacobo fue nombrado apoderado en las empresas eólicas, completando así los poderes adquiridos desde el año 2012, cuando se convirtió en apoderado de Epifanico Campo SL, A Ostreira o Cerámica Campo Sáez.
Durante este periodo, Epifanio Campo se mantuvo activo. Transitó momentos de decaímiento con otros de gran fortaleza, rasgo que caracterizaba su ánimo y que siempre transmitió a sus allegados esperanza de recuperación en su batalla contra el cáncer.
Las conexiones de Campo
Quizá por ese carácter, Campo se atrevió con todo. Con Amancio Ortega y Juan Manuel Urgoiti fundó Banco 21, entidad que acabaría engullendo a Banco Gallego para convertir al empresario en uno de sus accionistas históricos. Tras la operación, controlaba un 11,5% del banco hasta que el Frob aplicó una operación acordeón que laminó su patrimonio y el del resto de accionistas.
Con Manuel Añón, empresario de A Laracha tan próximo a Campo como indica el origen geográfico de ambos, levantó una siderúrgica de referencia, que acabó siendo una mina de oro para ambos. En 2007, antes de que la crisis y la reforma energética hicieran polvo los balances del sector, vendieron las plantas al grupo Celsa de Jordi Rubiralta por 425 millones.
Con Manuel Jove dio sus primeros pasos en el terreno eólico de la mano de Elecnor, para luego coquetear con el ladrillo en la macrourbanización de Xaz (Oleiros). En 2013 abandonó el proyecto en una salida pactada entre ambos empresarios. Campo controlaba el 10% de la sociedad encargada de levantar el complejo de 700 viviendas, Amatista Gestión de Patrimonio y Suelo.
Un rosario de inversiones
De esta inquietud empresarial ha quedado reflejo en un amplio abanico de inversiones que engloban Inditex, Iberdrola, BBVA, Ezentis, Red Eléctrica, Acciona o Bankia. A cierre de 2014, Rodonita, donde campo compartía accionariado con su esposa, Marianela Sáez Silva, contaba 215 millones en activos, a pesar del golpe a las renovables.
El negocio energético — Eólicos do Morrazo, SL, Eólicos da Mariña SL, Sociedad Eólica de Ourol SL y Rodonita Energía — aportaba ingresos por valor de 11 millones, mientras que la fabricación de cerámica — Nueva Cerámica Campo, Cerámica Campo Sáez, Campo Brick y Refractarios Campo — declaraba una facturación de casi 8 millones.
De las ITV al Prestige
La otra pata de los negocios de Epifanio Campo era Macovit, la sociedad que controla Supervisión y Control y, por tanto, es la matriz de la concesionaria de las ITV.
Epifanio Campo SL controla un 30% de una compañía que gestiona más de 150 millones en activos y despliega una quincena de filiales dedicadas al sector inmobiliario, a la construcción (Abeconsa) y a la gestión de residuos. Una área de negocio que hizo popular a Epifanio Campo al ofrecer Sogarisa para gestionar el chapapote que inundó Galicia tras el naufragio del Prestige.