«¡A ver si nos separan de Madrid de una vez!»

Un hombre jubilado espera a su mujer a la puerta del Colegio Moisses Broggi, situado en en el número 32 de la calle Sant Quintí . Al llegar ésta le cuenta sonriente cómo acaba de ver a un anciano que, justo antes de introducirlo en la urna, ha besado su voto y ha mirado al cielo. Esta pareja tiene claro que este es un día «especial para todos» y rememora el pasado 9 de Noviembre, cuando votaron «por ellos y por sus padres».

Si estas elecciones se decidiesen por el número de apoderados que aporta cada candidatura, Junts Pel Sí ganaría por goleada. En este colegio, ubicado en la parte derecha del Eixample barcelonés, los representantes de la lista independentista multiplican por cuatro o cinco al de otras formaciones. Todos los presentes sitúan esta cifra entre los «12 y 13», mientras que Catalunya Sí que es Pot, PSC y Ciutadans contabilizan dos, por uno de la CUP. No se ve a nadie de Unió.

Venidos desde Zaragoza

En torno a las 11.15, a una mujer con la carpeta del PP que paseaba tímidamente entre las mesas, se une un grupo de tres aragoneses, dos militantes y una simpatizante de la formación conservadora, llegados expresamente para estas elecciones. «Debemos venir unos 1.200 desde Zaragoza», comenta uno de ellos, que se muestra dispuesto a venir a Barcelona «siempre que toque».

Esta es una de las horas puntas del día y las filas van creciendo en los dos lados del pasillo principal de este colegio de Primaria, hoy convertido en punto neurálgico del barrio. Una joven, que camina hacia la cola agarrando a su abuela del brazo, comenta en voz alta «¡a ver si nos separan de Madrid de una vez!».

¿Y la papeleta de «Pablo Iglesias»?

Aunque algunos tienen claro el sentido de su voto desde que entran por la puerta, otros muestran más dudas. Una mujer, que conversa con el apoderado de CSQP, asegura estar buscando en las papeletas un apellido de algún conocido para decidir cuál escoge. Otra ha llegado a primera hora del día preguntando dónde estaba «la de Pablo Iglesias».

Al menos en este colegio, las afinidades políticas parecen coincidir con las personales. Al poco de llegar, el equipo popular ya ha hecho buenas migas con los representantes de Ciudadanos. En el otro extremo de la sala, uno de los apoderados de Junts Pel Sí conversa con el de la CUP.

A cinco manzanas de distancia, en el Colegio Tabor (Carrer Cartagena, 231) la mezcla entre siglas es mayor. Uniò –aquí sí cuentan con representante, aunque lleva la mañana recorriéndose los colegios de la zona–, PSC, Junts Pel Sí y CUP charlan amigablemente. También en este punto de votación «el flujo de personas ha sido constante», coinciden todos los presentes, que citan la «responsabilidad» como el sentimiento general que han percibido entre la gente.

La bandera de España y la camiseta del Betis

Ramona y Ana, madre e hija, se hacen una foto en el momento de votar. La primogénita explica que prefiere optar por «una opción algo de derechas», con la intención de alejarse de los «fachas» que, según ella, gobiernan en España. Algo parecido piensa una joven que, aunque dice preferir no hablar con la prensa, se muestra ilusionada ante lo que saldrá de las urnas que se llenen este domingo.

Sin embargo, y a pesar de que todas las personas consultadas coinciden en la tranquilidad con la que se está viviendo el día, a algunos no les ha gustado la exagerada diferencia de representación en los colegios. Así lo deja claro José, apoderado del partido de Albert Rivera, el encargado de acompañar al protagonista del único «incidente» –si se le puede llamar así– o anécdota de la primera mitad de la jornada: un joven con la camiseta del Betis que, a primera hora de día, ha acudido a votar envuelto en una bandera española.

Ante las miradas de los presentes y algún que otro comentario subido de tono, el joven ha salido por la puerta del colegio después de depositar su voto.