Tarifazo eléctrico: el recibo de la luz subirá un 11% tras las uvas
Gobierno y eléctricas se han aliado para encarecer el recibo de la luz otra vez. En la última década, con la crisis de por medio, la factura ha engordado un 80%. Este jueves se ha celebrado la última subasta eléctrica del año, que ha fijado el incremento del 10%. A este aumento hay que añadir el otro componente de la factura, que controla el Ejecutivo, y que puede encarecerse hasta el 1%.
A la subasta eléctrica –técnicamente conocida como CESUR (Contratos de Energía para el suministro de Último Recurso)— concurren Endesa, Gas Natural, Iberdrola, HC y E.on. Estas empresas tienen encargado el suministro regulado. De ellas dependen más de 20 millones de consumidores –empresas y microempresas—, acogidos al precio voluntario al pequeño consumidor. Los pactos en estos procesos fijan el 45% del recibo de la luz.
Manipulación de precios
Como en anteriores ocasiones, los precios del mercado mayorista de la electricidad (el conocido pool) se han incrementado notablemente en los días previos a la celebración de la subasta de hoy.
Las organizaciones de consumidores sospechan que los precios mayoristas se elevan artificialmente por las compañías los días previos para conseguir que esa tarifa sea alta. De hecho, la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) mantiene una investigación por posible manipulación de precios.
La quinta subida del año
La de este jueves es la cuarta vuelta de tuerca del año tras las revisiones de octubre (3,1%), agosto (3,2%) y julio (1,2%). Si sumamos la que tuvo lugar en enero pesado (3%) sería la quinta en 12 meses. El recibo de la luz dispara la subida anual hasta el 11,8%. La actualización de precios en abril supuso un descenso del 6,7%, que ha quedado totalmente anulada por el resultado de hoy.
El ministro de Industria, José Manuel Soria (PP), avanzó el lunes que incrementará su parte de la factura. Contrariamente a lo que había anunciado, ha optado por trasladar el bolsillo del consumidor la parte regulada, que cubre los costes de transporte, distribución, primas a renovables y deuda eléctrica. Es el segundo bloque de precios que se carga en la factura.
Déficit a cargo del bolsillo
El déficit de tarfia ha puesto en aprietos al Ejecutivo en los últimos meses. Aprobó la reforma energética en agosto para finiquitar el asunto. El desfase reconocido es de 3.600 millones, aunque podría subir hasta los 5.000 cuando se depuren las cifras relativas a 2013. La reforma comprometía al Gobierno a atender esa cantidad con los presupuestos generales del Estado.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (PP), optó por dar marcha atrás para cumplir con los objetivos de déficit. Suponían tres décimas más de gasto público. Pero esa cifra debe cubrirse. Ahora, para saber con exactitud el precio definitivo de la luz, que se aplicará a partir de la última campanada del año, habrá que esperar a la orden ministerial que especificará la cantidad adicional que cargará el Estado al incremento establecido hoy.