Segunda juventud para Afigal y Sogarpo, que disparan un 22% sus avales
Las dos sociedades de garantía recíproca gallegas cerraron operaciones por 51 millones en 2014, pero el riesgo vivo descendió
Las dos sociedades de garantía recíproca gallegas salen del letargo. Afigal, con presencia en A Coruña y Lugo, y Sogarpo, su homóloga para Pontevedra y Ourense, adelantan la salida de la crisis con su actividad. Así, los avales concedidos por ambas compañías, centrados en la pequeña y mediana empresa, se han disparado en el último año, con un crecimiento de casi un 22%, hasta unos 51 millones, frente a los 41 millones del 2013, un año de por sí especialmente crítico.
El 2013, los avales formalizados por ambas sociedades habían descendido en 20 millones de euros sobre el ejercicio precedente, el 2012, cuando habían llegado a los 64 millones, según datos de la patronal del sector, la Confederación Española de Garantía Recíproca (Cescar). Por tanto, el año pasado, con ese crecimiento, marca una cambio de tendencia claro en la actividad de ambas firmas.
Más avales a la construcción
No todo es alegría en este nuevo ciclo que viven Afigal y Sogarpo. El riesgo vivo formalizado por ambas compañías descendió hasta los 274 millones el año pasado, debido en gran medida a que el saldo neto entre operaciones concedidas y canceladas fue negativo. El contraste es claro. Y un dato lo pone de manifiesto. En dos años el riesgo vivo de ambas compañías ha descendido en más de 100 millones de euros, desde el pico de los 379 millones alcanzado en 2012.
Paradójicamente, el destino de los avales de ambas sociedades difiere de forma sustantiva de la tendencia a escala nacional, con un mayor peso del sector de la construcción, en detrimento de la industria o los servicios. Sogarpo fue creada en 1981, y Afigal, en 1983.
Frente a la hegemonía de la construcción dentro de la actividad de las sociedades de garantía recíproca en Galicia, también en cuanto a sus socios partícipes, la distribución sectorial de los avales sigue concentrando su actividad en el sector de los servicios a escala nacional, con un 41,2% del total, seguida de la industria (24,7%) y el comercio, con un 18,8%.
La banca privada aporta algo más del 46% de los fondos destinados a avales por las entidades de garantía recíproca, seguida de las administraciones públicas (casi un 20%) y las cooperativas de crédito (14,8%).