Santander, BBVA y Caixabank sufren los efectos de la Ley Hipotecaria
La nueva Ley Hipotecaria ha tumbado la concesión de préstamos para la compra de una vivienda, que han bajado un 15% entre junio y septiembre
Unos lo achacan al frenazo del crecimiento económico que se está sintiendo en los últimos meses. Otros, a la posibilidad de que los tipos de interés sigan cayendo y haya mejores oportunidades más adelante. Y la mayoría, a la entrada en vigor, a mediados del pasado mes de junio, de la nueva Ley Hipotecaria, más beneficiosa para los consumidores, que se encuentran ahora más protegidos, pero que ha obligado a los bancos a extremar la prudencia a la hora de conceder un préstamo hipotecario y hacer los trámites más engorrosos.
La nueva regulación ha reducido el «loan to value» (montante del préstamo sobre el valor total de la vivienda) a tasas de entre el 65% y 70%. Sea lo que fuere la realidad confirma que en los meses de verano (entre junio y septiembre) se concedieron menos hipotecas en España, cuando el año había comenzado con muy buenas perspectivas.
Banco Sabadell y Bankinter han sobrevivido a esta tendencia, pero no han podido compensar los malos resultados de los bancos más grandes. Tanto Santander, como BBVA, Caixabank y Bankia presentan peores números en actividad crediticia para la adquisición de vivienda que en trimestres anteriores. No es que no se concedan hipotecas (43.057 millones en 2018), sino que se amortizan más y por más importe que el de la nueva producción.
Así es la realidad de los últimos cinco años, de acuerdo con los datos del Banco de España. Desde 2014, la deuda que los hogares mantienen con las entidades financieras por los préstamos hipotecarios se ha reducido en 67.638 millones.
Santander, BBVA y Caixabank: efectos de la Ley Hipotecaria
Entre enero y junio de este año se han concedido préstamos hipotecarios por valor de 12.537 millones de euros, un 14,83% menos que en el mismo periodo del año anterior (14.396 millones). Son 1.859 millones menos, una cantidad que empieza a preocupar en la cúpula directiva de las entidades financieras que, pese a todo, confía en una recuperación a partir del próximo ejercicio.
Banco Santander se lamenta de que la nueva producción de hipotecas no compensa los vencimientos, dada la tendencia de desendeudamiento por la que han optado los hogares españoles con los tipos de interés bajos. De hecho, España y Portugal son los dos únicos mercados en los que está presente el grupo que preside Ana Patricia Botín en los que los préstamos y anticipos a la clientela se han reducido en los nueve primeros meses del año.
José Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco Santander, reconoció en la presentación de los resultados de los nueve primeros meses del año la contracción del crédito hipotecario y el concedido a los grandes clientes, en contrapartida con los aumentos registrados en los créditos al consumo. Álvarez considera que la nueva Ley Hipotecaria, que hace los trámites más largos y costosos, tiene bastante que ver con la ralentización de esta parte del negocio.
Las cosas han ido a peor a medida que iban cayendo los meses en el calendario. BBVA es un claro ejemplo. El banco que preside Carlos Torres ha cerrado el tercer trimestre del año con una caída de los préstamos hipotecarios en España del 2,8% en relación con el dato de finales de 2018, y del 8% en términos interanuales. En el primer trimestre, el descenso fue del 0,5% y en el segundo trimestre, del 1,6% (3,4% respecto a junio del pasado año).
En los meses de verano se concedieron menos hipotecas en España, aunque el año había comenzado con muy buenas perspectivas
Algo similar se refleja en las cuentas de Caixabank. El banco que dirige Gonzalo Gortázar está comprobando trimestre a trimestre cómo se reduce el «stock» crediticio hipotecario. Ha pasado de 91.542 millones de euros a 31 de diciembre de 2018, a 89.445 millones de 30 de septiembre pasado. En lo que va de año, el descenso acumulado es del 2,4% y ha ido aumentando con el paso del tiempo. En el primer trimestre la caída fue del 0,7% y en el segundo, del 1,3%. La situación está en línea con la reducción del crédito a particulares en conjunto: -2,1% en el tercer trimestre y -1,4% en el año.
Y es que 2019 comenzó con muy buenos datos en este segmento de la actividad bancaria. En enero, los préstamos para la adquisición de vivienda aumentaron un 7,1% en tasa interanual y en febrero, aún más, un 10,2%. En abril, dieron el primer aviso, con un descenso del 2,2%. A partir de junio, casualmente cuando entra en vigor la nueva Ley Hipotecaria, las caídas se generalizan: -21,7% ese mes y -23,4%, en julio. Han sido lo suficientemente importantes como para que el balance de los nueve primeros meses del año haya cambiado a negativo: -3,65%.
¿Por qué está sucediendo esto?
El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, cree que los clientes perciben que los tipos de interés van a estar bajos durante mucho tiempo y, por lo tanto, puede que aún no hayan tocado suelo y se puedan presentar mejores condiciones en el futuro. El saldo vivo de los préstanos hipotecarios a los hogares ha cerrado septiembre en 509.058 millones de euros, 7.040 millones de euros menos que hace doce meses y 4.694 millones menos que a cierre de 2018.
Banco Sabadell y Bankinter son las excepciones a esta tendencia. El banco que preside José Oliu ha aumentado la nueva producción de hipotecas hasta los 1.545 millones de euros en el tercer trimestre, un 18,9% más que hace un año. En el caso de Bankinter, el volumen de nuevos créditos para la compra de vivienda han sumado entre enero y septiembre 2.094 millones de euros, un 12% más que hace un año.