El BdE sobre el bitcoin: modelo piramidal e inversión de alto riesgo

El Banco de España ha sido el último organismo en pronunciarse en contra del bitcoin. En un comunicado conjunto con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad señala cuáles son los riesgos de invertir en criptomonedas, “entre las que el bitcoin es el ejemplo más destacado”.

NO ES UNA MONEDA. La entidad asegura que este activo tiene un funcionamiento muy distinto al de cualquier divisa porque “no es obligatorio aceptarlas como medio de pago de deudas u otras obligaciones, su circulación es muy limitada y su valor oscila fuertemente”, por lo que ni pueden considerarse un buen depósito de valor ni tampoco una unidad de cuenta estable.

BURBUJA ESPECULATIVA. El Banco de España ha hecho un rápido análisis de la cotización del bitcoin en los últimos meses para concluir que la criptomoneda estrella “ha vivido fuertes revalorizaciones que reflejan patrones propios de burbujas especulativas, acompañadas de variaciones extremas en sus precios”. Como ejemplo, explica que su valor medio en las principales plataformas en las que se negocia –que, por cierto, no están reguladas– se incrementó en 2017, pasando de aproximadamente 850 euros por unidad a comienzos de año a más de 16.000 euros a mediados de diciembre. Desde entonces, la tendencia ha sido descendente, con caídas en un solo día de hasta el 20%.

ESQUEMA PIRAMIDAL. Otra de las alarmas que ha encendido al BdE es la que provoca las denominadas ICO (Initial Coin Offering, por sus siglas en inglés), denominación que hace referencia a la emisión de criptomonedas. En concreto, el comunicado relata que “en algunos países se han detectado estafas y esquemas piramidales relacionados con la colocación de ICO en las que los fondos recaudados se empleaban para fines distintos a los anunciados. También ha habido casos de uso de “criptomonedas” con el «propósito de blanquear capitales», añade.

ELEVADO RIESGO DE PÉRDIDAS. Las criptomonedas carecen de valor y dependen en gran medida de tecnologías poco consolidadas (blockchain), que no escapan a la posibilidad de fallos operativos y amenazas cibernéticas que podrían suponer indisponibilidad temporal o, en casos extremos, pérdida total de las cantidades invertidas.

INFORMACIÓN INADECUADA. La información que se pone a disposición de los inversores no suele estar auditada y, con frecuencia, resulta incompleta. El relato trampa está claro: se enfatiza los beneficios potenciales y se minimizan las referencias a los riesgos. Además, el lenguaje utilizado suele tener un carácter muy técnico, por lo que no es fácil conocer la entidad y naturaleza de los riesgos que se asumirían con la inversión. Además, muchos de estos inversores copan las búsquedas de Internet comprando –a través de Google Adwords y posicionamiento en el buscador– la mala reputación. ¿Cómo lo hacen? Contratan a consultores SEO para que creen contenido propio en el que se desmienta que las empresas bajo sospecha puedan ser una estafa.