La fusión y quiebra de las cajas gallegas liquidó 3.700 empleos
Caixa Galicia y Caixanova formaron con la fusión una entidad que contaba con 7.845 empleados, frente a los 4.137 trabajadores que tiene hoy Abanca
El de la fusión de las cajas de ahorro gallegas hubiera sido un viaje a ninguna parte de no haberse consumado su nacionalización y posterior privatización, hasta convertirse en lo que hoy en día es Abanca. Para ello hicieron falta algo más de 9.000 millones en inyecciones de dinero público. De nuevo en el centro del debate político tras la intervención del expresidente Julio Fernández Gayoso y de uno de los autores del informe de KPMG en el Congreso de los Diputados, la crisis de las dos cajas gallegas también costó miles de empleos.
Caixa Galicia fue la entidad que más trabajadores aportó a la fusión. En concreto, y según la memoria de la propia entidad, la caja con sede en A Coruña cerró el 2009 con 4.467 empleados. Un año antes, en 2008, contaba con 4.702 trabajadores. La fusión se consumó y firmó en noviembre de 2010. En enero de ese año fueron presentados públicamente los resultados del informe de KPMG por encargo de la Xunta.
La sangría laboral
Caixanova contaba en diciembre de 2009, según su memoria, con 3.378 empleados, una plantilla que se había incrementado ligeramente sobre los 3.244 trabajadores que tenía al cierre de 2008. Conjuntamente, las dos cajas conformaron una sola entidad con un cuadro de personal de 7.845 empleados.
Abanca, la heredera de Novagalicia Banco, antes Novacaixagalicia, cerró el 2017 con un total de 4.137 trabajadores en nómina, también según su memoria. Por tanto, la fusión, y todo el traumático proceso de regulación de empleo posterior, se ha saldado con un recorte de personal de 3.708 empleados.
Los fallos de KPMG
Ese recorte de plantilla equivale, prácticamente, a los mismos trabajadores que tenía Caixanova cuando llegó a la fusión. La plantilla actual de Abanca, por equivalencia y por número, es semejante, aunque está ligeramente por debajo, de la que tenía de forma individual Caixa Galicia en el 2008.
El informe de KPMG, presentado en aquel enero de 2010, por tanto con proyecciones sobre datos de 2009, estimaba que el cierre de oficinas aparejado a la integración de Caixa Galicia y Caixanova llegaría a las 280 sucursales, y el ajuste de plantilla sería de 1.296 trabajadores. Los costes totales de la reestructuración, decía KPMG, se elevarían a 485 millones. Nada que ver, por tanto, con la realidad y el resultado final de ese proceso.