¿Qué sabe Restoy para irse ahora del Banco de España?
Fernando Restoy fue la pieza básica en el equipo de Jaime Caruana que vio venir la burbuja inmobiliaria y dejó en ridículo a Rato ante la pasividad del Gobierno del PP
Fernando Restoy abandona el Banco de España, donde ocupaba el cargo de subgobernador. Se va como presidente del Financial Stability Institute (FSI), que depende del Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS), que dirige Jaime Caruana. Restoy cierra un círculo, para abrir otro, al encontrarse, precisamente, con Caruana, ex gobernador del Banco de España, y ex jefe de Restoy. Los dos guardan todos los secretos del sistema financiero español, que ha cambiado por completo desde el inicio de la crisis en 2007-2008.
¿Porque, qué sabe Restoy para irse ahora del Banco de España? Sabe lo suficiente para «apoyar a los supervisores de todo el mundo en su tarea de mejorar y fortalecer los sistemas financieros», como se apunta en la página del Banco Internacional de Pagos.
Y es que Restoy fue el hombre determinante en todo el proceso de reestructuración y saneamiento del sistema bancario español durante los últimos cinco años. Fue, como subgobernador del Banco de España el presidente del Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito. Entre 2012 y 2015 presidió el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), –negoció con los consejeros autonómicos para fusionar las cajas de ahorro- y, desde enero de 2014 es miembro del Consejo Supervisor del Mecanismo Único de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE).
Pero el papel de Restoy es más importante, si se quiere atender lo que ha sucedido en España desde los años 2000. En esa época gobernaba el PP, como ahora. Y, como en la legislatura 2011-2015, gobernaba por mayoría absoluta.
El Boletín de septiembre de 2003
Eran años de ingresos enormes por parte del Estado, con el sector de la construcción a todo trapo, y con los bancos en una posición boyante y generosa, con facilidades de todo tipo para conceder créditos a particulares y a grandes promotores de la construcción.
Y Restoy se atrevió en el Boletín Económico del Banco de España en septiembre de 2003 a explicar que «la magnitud de la sobrevaloración podría llegar al 20%». Se refería a los precios de los inmuebles, y a la excesiva ‘generosidad’ de los bancos.
¿Pero qué ocurrió? El ministro de Economía, Rodrigo Rato, estalló y mostró su colera por el atrevimiento del Banco de España. No había burbuja inmobiliaria, no pasaba nada, el Estado seguía ingresando cantidades ingentes, y el patrimonio de los españoles aumentaba con la adquisición de viviendas, aunque lo que ocurría es que se estaba produciendo una enorme bola de endeudamiento.
Rato ‘pasó’ de todo
Rato mostró sus quejas de inmediato ante Jaime Caruana, exigiendo explicaciones inmediatas por tal atrevimiento. Y Caruana hizo lo propio con Fernando Restoy. Los ‘jefes’ políticos, el Gobierno, pretendían anular la tan cacareada independencia del Banco de España. Pero Restoy no se arrugó, y Caruana hizo lo que pudo para contentar a Rato, pero se motró firme al lado de Restoy.
Fernado Restoy, que ahora acude a la llama de su ex jefe en el Banco de España, era uno de los autores del artículo del Boletín. Formaba parte del núcleo duro del servicio de estudios del Banco de España. Y le explicó a Caruana que el análisis que se había realizado se basaba en un enorme número de datos macroeconómicos y estimaciones, como se hacía siempre. No había dudas de la certeza del informe.
Rato acabó con el asunto. «No creo que estemos ante una situación de burbuja. Los propios datos del Banco de España fijan un exceso de precios de la vivienda, pero que no se pueden entender como una burbuja como la que vivimos con los valores tecnológicos en 2000», señaló el ministro, adalid durante décadas, por parte de los dirigentes del PP, de la seriedad en las políticas económicas.
Botín también desautorizó a Restoy
También se debe recordar que, junto a Rato, aparecieron algunos banqueros, como Emilio Botín, presidente del Banco Santander, quien dio cobertura al ministro. «No hay burbuja, y en este sentido el informe del Banco de España, que yo he leído a fondo, no ha sido bien interpretado». Restoy mantuvo sus tesis. Caruana también, pero el poder político se impuso. Caruana dejó el Banco de España en 2006. Luego llegó Miguel Angel Fernández Ordóñez, que tampoco pudo –o no quiso– frenar la tormenta que amenazaba la economía española.
Ahora los dos se reencuentran. Saben perfectamente todas las grandezas y miserias del sistema bancario español.