Portugal pone fecha a una de sus medidas estrella para relanzar la economía tras el impacto del coronavirus. El Banco de Fomento, una entidad pública resultado de la fusión de tres brazos financieros – Institución Financiera de Desarrollo, la Sociedad de Garantía Mútua y PME Inversión–, se pondrá en marcha en octubre y tendrá un capital social de 255 millones.
La Comisión Europea señaló que este instrumento era «una solución adecuada y proporcionada para dar financiación adicional a empresas y proyectos que, de lo contrario, seguirían sin financiación debido a fallas del mercado» el pasado agosto y el Gobierno portugués, con el ministro de Economía, Siza Vieira, se ha apresurado a activarlo.
Las funciones del banco
El boletín oficial portugués especificó este lunes que la entidad no se limitará a inyectar crédito directo para las empresas. También tendrá entre sus funciones la de avalar a las sociedades y la de prestar apoyo en su internacionalización.
El banco también estará habilitado para gestionar fondos de inversión, así como cualquier instrumento financiero público de “apoyo a la exportación y a la internacionalización”. Además de quedar facultado para prestar servicios financieros, será el encargado de gestionar el Fondo de Contragarantía Mútuo, el instrumento de liquidez para cubrir avales a empresas por parte del sector público.