La oficina de Caixanova en Miami, tapadera de un fraude millonario de la CAM
La juez Lamela procesa por apropiación indebida a trece exdirectivos de la CAM que canalizaron inversiones millonarias en el Caribe a través de Caixanova
Por activa y por pasiva. La historia de las cajas de ahorro gallegas se reescribe a golpe de auto judicial. Y ahora es Caixanova la que emerge en todo un entramado internacional orquestado a través de operaciones inmobiliarias urdidas por directivos de otras cajas, que emplearon la red de la entidad viguesa para llevar a cabo sus planes. Así consta en el auto de procesamiento de la magistrada Carmen Lamela, de la Audiencia Nacional, que propone juzgar a trece exdirectivos por los negocios inmobiliarios de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en el Caribe. Y fue la oficina de Caixanova en Miami, según el mismo auto, una de las herramientas de reparto de la trama.
La juez Carmen Lamela ha finalizado este mes la instrucción por las operaciones de crédito presuntamente irregulares de la CAM con la sociedad Valfensal para adquirir hoteles y parcelas en el Caribe a través de operaciones millonarias. Propone en su auto juzgar a trece investigados, entre ellos al exdirector general de la entidad, Roberto López Abad.
La trama en paraísos fiscales
En el auto de pase a procedimiento abreviado, al que ha tenido acceso Economía Digital, la titular del Juzgado Central de Instrucción número tres de la Audiencia Nacional acusa de apropiación indebida y/o administración desleal a los exdirectivos por inversiones que supusieron más de 25 millones de euros en pérdidas y quebrantos para la CAM, hoy en manos del Banco Sabadell después de haber sido rescatada por el FROB.
En el entramado internacional, según el auto, figura la oficina de Caixanova en Miami, y la capital norteamericana emerge como uno de los ejes de las inversiones que los acusados, hoy procesados, canalizaban hacia el Caribe a través de diversos paraísos fiscales. Entre ellos, las Antillas Holandesas.
Las cuentas en Caixanova
Los contables de Vanfensal tenían cuenta en sucursal norteamericana de la entidad gallega, que era una oficina de representación y dedicada a la banca de empresas. En concreto, era la firma Jacksonport Corporation NV la que tenía cuenta en la oficina de Caixanova en Miami. Jacksonport, según acredita el auto de la juez Lamela, era una sociedad participada al 100% por la sociedad Bencos Holding BV, que a su vez estaba participada al 100% por Valfensal.
La dirección de todo el entramado se realizaba desde España, pero era la oficina de Caixanova el canal empleado para pagos y facturaciones entre empresas, al operar algunas coma agencia de viajes con determinados touroperadores y también en las inversiones que realizaba el grupo en el Caribe.
Entre esas inversiones se encontraban, según el auto, la adquisición del Hotel Caracol en marzo del año 2004, en la Riviera Maya, de México. También la compra de terrenos edificables en Punta Cana, otra joya turística, esta vez de la República Dominicana. De vuelta a México, el grupo realizó, con el consiguiente quebranto, la adquisición del Hotel Gala en Playa del Carmen, y la compra de terrenos en el exclusivo condominio de Playacar, en la misma localidad costera.
Quebrantos millonarios
Determinadas operaciones, según deja claro el auto, eran aprobadas por la Comisión de Riesgos de la CAM el mismo día en que eran tramitadas. El grueso de las operaciones superó los mil millones de euros, generando quebrantos, primero para la CAM y luego para el Fondo de Garantía de Depósitos, de unos 28 millones, detalla el auto.
Caixanova inauguró su oficina de representación en Miami en 2002, con la presencia de toda su cúpula, comenzando por el entonces director general, Julio Fernández Gayoso. La oficina formaba parte del Plan América, un ambicioso programa de expansión de la caja viguesa. Su especialidad, desde sus inicios, fue la banca privada y corporativa. Ahora, queda demostrado que también sirvió de tapadera de la CAM.