La OCDE suspende a Galicia en desarrollo y la aprueba en bienestar

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha elaborado un análisis sobre la calidad de vida y el bienestar de los territorios. El estudio, realizado en el marco de la Better Life Initiative, recopila datos oficiales para establecer un conjunto de indicadores objetivables y, por tanto, comparables entre ciudades y regiones, con el objetivo de que sirvan de orientación para la agenda política los gobernantes y de referencia para los ciudadanos a la hora de exigir programas de desarrollo.

El amplio estudio, plasmado en la publicación How’s life in your region?, retrata una Galicia con altibajos. Los elementos negativos son prácticamente todos los que tienen que ver con el desarrollo económico, mientras que aprueba en aquellos que tienen que ver con la calidad de vida. Dicho de otra manera, las condiciones materiales para el bienestar están por debajo de la media, por ejemplo, los ingresos de las familias; pero las condiciones sociales, desde la seguridad al medio ambiente, son muy buenas.

La radiografía que realiza la OCDE compara a Galicia con Lisboa, Irlanda o Cerdeña, por tener estos territorios indicadores similares a los que detecta la organización en suelo gallego.

OCDE: Galicia tiene la mejor nota de España en calidad del aire y la peor en participación ciudadana

Los suspensos de Galicia

Galicia flojea en la mayoría de indicadores que el estudio ubica dentro de las “condiciones materiales” para el bienestar. Sería el caso de los ingresos, que se analizan en base a los datos de la renta de los hogares. La comunidad gallega tiene una puntuación de 3,1 sobre 10 y estaría en el undécimo puesto entre las 17 autonomías de España. La misma posición ocupa en relación al empleo, en el que la puntuación está también muy por debajo de la media, 3,5 sobre 10. En el último indicador sobre condiciones materiales sí que saca buena nota Galicia. Se trata de vivienda y, con 7,2 puntos, la comunidad está a la cabeza de España en número de habitaciones por persona.

Otro patinazo de Galicia es en educación, donde la OCDE mide la proporción de trabajadores con, al menos, educación secundaria. Otorga 4,2 puntos, es decir, por debajo de la media, a la comunidad, dejándola como la décima autonomía de España en la materia. También pincha en satisfacción (4,2 puntos), un indicador que mide la percepción subjetiva de los ciudadanos sobre su bienestar, y en participación ciudadana, que mide básicamente la participación en los procesos electorales. Galicia saca 3,5 puntos, situándose a la cola de España.

De los once indicadores que analiza la OCDE, cinco son suspensos.

Aprobada, pero en el furgón de cola de España

Las mejores notas las saca Galicia en el apartado de “calidad de vida”, con excepción del ya mencionado indicador de educación. Tiene la máxima puntuación en seguridad, saca un 9 sobre 10 en salud (que mide básicamente la esperanza de vida), y un 8 en medioambiente, siendo la primera de España en este indicador que mide únicamente la contaminación en aire. También saca buena nota Galicia en el acceso a servicios por parte de la población –mide fundamentalmente el acceso a banda ancha—con un 6,8 sobre 10.

Lo curioso de este apartado es que, a pesar de las buenas calificaciones, Galicia está a la cola de España en casi todos, con las únicas excepciones de la disponibilidad de vivienda, la seguridad y la calidad del aire. Por ejemplo, en acceso a servicios de banda ancha ocupa el último puesto en España y en salud, el undécimo. Algo similar ocurre con lo que la OCDE llama comunidad, el soporte social que perciben los ciudadanos por su red de amigos, vecinos y familiares. Galicia saca 8,2 puntos, pero ocupa el puesto 15 en la comparativa con las autonomías españolas.