La guerra hipotecaria es una pelea a muerte, pero mísera para la banca
La banca reconoce que compiten a vida y muerte y sólo para lograr volúmenes de negocio muy alejados de los que se firmaban en los años del 'boom'
«Se firman pocas hipotecas, pero nos peleamos por cada una de ellas», explicaba recientemente un banco español refiriéndose a la guerra hipotecaria, que en los últimos días ha relanzado Santander, con un producto personalizado de acuerdo con las características del cliente y que ING ha convertido en su principal arma de crecimiento en España.
Tras la entrada en vigor de la nueva Ley Hipotecaria el 16 de junio, con una moratoria en el envío técnico de los documentos aprobada por el Ministerio de Justicia, las entidades financieras anticipan más seguridad jurídica gracias a la nueva normativa, pero un negocio que continuará siendo poco rentable la combinación de bajos tipos de interés, el exceso de competencia y el bajo volumen de crédito hipotecario que se firma.
Esta combinación es un incentivo para que los bancos busquen otros productos en los que crecer -aquellos que les generan ingresos por comisiones-, porque construir hipotecas es mucho más difícil que antes. No obstante, a la vez es un producto básico para la banca comercial: le permite fidelizar al cliente a largo plazo, eleva la vida media sus activos, y le permite obtener recursos en mercado con titulizaciones o emisiones de cédulas.
De acuerdo con datos del Banco de España, en abril, que es el último mes del que se dispone dato, las entidades financieras concedieron 3.850 millones en créditos a particulares. Es una cifra en línea con la que se firmó cada mes el año pasado, pero que está muy lejos de los importes medios históricos alcanzados por el sector. En los últimos 15 años, la banca ha concedido de media, 6.200 millones de euros en hipotecas cada mes. Además, la diferencia actual respecto al boom es abrumadora.
Marzo de 2016 fue el mes más activo en concesión de hipotecas en España en quince años y se cerraron operaciones por más de 17.000 millones
La actual falta de volumen y los bajos precios han impulsado a la banca a fijarse en el crédito al consumo; produciéndose una situación paradójica: ha habido algún mes que se ha dado más crédito para compras que para hipotecas. Algo que ocurrió, por ejemplo, en agosto del 2018. Aquel mes se firmaron 836 millones en crédito hipotecario, frente a los 2.678 millones de crédito al consumo concecido.
Mucha oferta, pero poca demanda
La tensión por la competencia, aunque es un motivo de preocupación para los bancos, tiene una ventaja para el consumidor: que le abre la puerta a encontrar muy buenas ofertas. Aunque en los últimos meses, los intereses de los créditos han ido encareciéndose, continúan siendo muy competitivos respecto a los que se han ofrecido en el pasado.
En abril, las nuevas hipotecas se firmaron a un interés del 2,15%. Este nivel se alcanzó después de cuatro meses consecutivos al alza; después de que en diciembre se produjera un bajón hasta el 1,99%. En doce meses ya se encarecen un 8%. Desde la crisis generada alrededor del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD) en octubre, los intereses avanzan un 9,5%
No obstante, contratar una hipoteca en España hoy continúa siendo notablemente más barato que en el pasado. De acuerdo con los datos del Banco de España, de media, en quince años se han firmado hipotecas a un interés del 3,2%.