La crisis obliga a rechazar ya una de cada diez herencias en España
Las repudiaciones aumentan un 75% entre 2011 y 2014 porque la cuantía de las deudas de lo heredado supera al valor de los bienes
Lo de recibir una herencia ha pasado de suponer, en muchos casos, un extraordinario incremento patrimonial a convertirse en todo un engorro, cuando los herederos son notificados por el notario de que las deudas de los bienes heredados son superiores a su valor real.
Es la razón principal por la que el año pasado, a falta del cierre oficial del ejercicio con los datos del cuarto trimestre, serán más de 33.000 las renuncias a hipotecas sobre las aproximadamente 340.000 tramitadas ante notario. Un 75% más de las que se registraban en 2011, ya con la crisis en todo su apogeo, y prácticamente el doble de las que se daban en 2008, cuando la incidencia de las renuncias resultaba muy escasa.
Echar cuentas
Antes, cuando alguien heredaba un piso le tocaba la lotería. Aunque tuviera alguna carga hipotecaria, el precio obtenido por su venta posterior daba para pagar lo que restara del préstamo y, además, sobraba seguramente una cantidad más que importante. Ahora no. Ahora, son muchos los herederos que, al echar cuentas, ven que lo obtenido por esa misma venta no va a dar ni para cubrir la deuda.
«La gente tiene muchas deudas. Antes no había tantas. Por eso, si un padre lega ahora un piso a su hijo con una hipoteca de 120.000 euros y esa casa, en lugar de valer 200.000 euros, como valía, vale menos de 100.000 euros, nosotros le recomendamos que renuncie por razones obvias, las de que si acepta la herencia perderá dinero», comenta Alfonso Madridejos, vicedecano del Colegio Notarial de Madrid.
Aceptar y apechugar con todo
Y es que en España aceptar una herencia supone aceptar todo, bienes y deudas, y, por tanto, «el heredero se compromete a pagar todas las deudas y compromisos del fallecido, respondiendo no solamente con el patrimonio del finado, sino también con el suyo y sin limitación alguna», apunta Madridejos.
Cabe la posibilidad de aceptar la herencia a beneficio de inventario. En este caso, el heredero solo responde de las deudas con lo que herede y nunca con sus propios bienes. El vicedecano aconseja que «solo se eche mano de esta vía si se tiene la completa seguridad de que lo que se va a heredar tiene un valor elevado. Si no, no merece la pena porque hay que pasar por el juzgado, resulta caro y se demora mucho».
Grandes variaciones por comunidades
Luego está el tema de dónde se hereda para saber lo que habría de abonarse por el impuesto de Sucesiones y Donaciones. Existen notables variaciones de hacerlo en una u otra comunidad autónoma. Aunque en los años previos a la crisis comunidades como Madrid, Cataluña, La Rioja o Castilla-La Mancha aprobaron grandes bonificaciones, algunas optaron posteriormente por dar marcha atrás para elevar la recaudación fiscal.
De esta manera, recibir una herencia de, pongamos, 500.000 euros, supondría al heredero pagar más de 102.000 euros si reside en Andalucía, algo menos de 1.000 euros en Madrid y en torno a los 35.000 euros en Galicia. Una cantidad que puede presentar variaciones en función del parentesco con el fallecido, la edad o el patrimonio previo del que hereda.
Cataluña y Madrid
Un tercio de las renuncias a herencias registradas en España entre enero y septiembre de 2014 (7.944 sobre un total nacional de 24.542) lo fueron en Cataluña y Madrid. Con una evolución que, en los últimos años, está cambiando de tendencia.
Aunque, por razones de población, Cataluña duplica el número de renuncias registradas respecto a la Comunidad de Madrid, los datos arrojan el hecho de que, porcentualmente, el incremento entre una y otra comunidad resulta muy diferente.
A falta del cierre del ejercicio 2014, Cataluña habrá pasado de 4.815 renuncias a herencias en 2011 a unas 7.200 ahora, con un incremento de casi el 50%. En Madrid, en mismo periodo, el aumento ha sido del 70%, al pasar de las poco más de 2.000 en 2011 a las aproximadamente 3.500 herencias rechazadas en 2014.