La banca saca jugo a 700.000 millones arrinconados en cuentas gratis
El saldo vivo de las cuentas corrientes crece en 22.300 millones en junio y bate un nuevo récord por el traspaso de dinero de los depósitos a plazo
El dinero que los hogares españoles mantienen en cuentas corrientes bancarias roza los 700.000 millones de euros, después de la espectacular subida del mes de junio. Según los últimos datos publicados por el Banco de España, el saldo vivo del importe de las denominadas técnicamente cuentas a la vista ascendía a 30 de junio de este año a 691.885 millones de euros, 22.296 millones de euros más que en el mes anterior.
Durante los seis primeros meses del año, las cuentas corrientes han aumentado en nada menos que 45.805 millones de euros, como consecuencia del trasvase de fondos desde los depósitos a plazo que se lleva realizando en los tres últimos años. Entre junio de 2018 y junio pasado, las cuentas corrientes han “engordado” en 69.163 millones. No es el mayor incremento interanual que se ha producido en los últimos años. Entre junio de 2016 y junio de 2018, entraron en el circuito de las cuentas corrientes 80.873 millones de euros, un crecimiento del 17,02%.
Con el precio oficial del dinero en el 0%, los bancos han tratado de reconducir el ahorro de las familias hacia las cuentas corrientes dejando de ofrecer depósitos a plazo. Bankia, por ejemplo ha conseguido atraer 2.229 millones de euros a cuentas corrientes en los seis primeros meses del año. El saldo vivo del que disponía en junio la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri era de 40.134 millones, con un crecimiento en el periodo del 5,9%. Las imposiciones a plazo se han reducido en 1.764 millones, un 4,9%.
En Banco Santander, los depósitos a las vista crecen el 7% en el primer semestre, con incrementos en todos los países donde están presentes, salvo México. En el caso de Banco Sabadell, los saldos de cuentas a la vista ascendían en junio a 83.734 millones de euros (sin la filial británica TSB), lo que supone un aumento del 11,7% anual y del 5,9% trimestral.
Caixabank manejaba en junio 181.765 millones en ahorro a la vista, que paga al 0,02%. Son 10.529 millones de euros más que en diciembre de 2018. En los últimos doce meses, en el banco que preside Jordi Gual las cuentas corrientes han aumentado en 16.786 millones. BBVA refleja fielmente lo que está sucediendo en la actividad bancaria: crecimiento de los depósitos a la vista del 3,6 en el primer semestre del año y del 9,2% en tasa interanual, y reducciones en los depósitos a plazo del 19,4% en los últimos doce meses.
¿De donde viene ese dinero?
Fundamentalmente, el dinero viene de los depósitos a plazo. La progresiva disminución de las rentabilidades ofrecidas por los bancos para atraer los ahorros de las familias y la finalización de los plazos comprometidos por el dinero depositado tiempo atrás han “sugerido” a los hogares el trasvase de ahorros hacia fórmulas que no comprometen plazos de tiempo y ofrecen réditos similares, todos ellos muy próximos a cero.
Además, en el mes de junio coinciden dos ingresos salariales: la paga mensual tradicional y la “extra” de verano, razón por la cual, en ese mes, todos los años hay un fuerte incremento de los saldos vivos. Este año ha sido de 22.296 millones, pero en 2018 el aumento fue de 23.852 millones. En los años precedentes, los incrementos se situaron como media en los 15.000 millones de euros.
De acuerdo con las últimas estadísticas del Banco de España, los depósitos bancarios ofrecían en junio una rentabilidad media ponderada del 0,05%, una centésima más que las cuentas a la vista (0,04%). Sólo en plazos superiores a dos años la rentabilidad era algo “más” atractiva, el 0,13%. Esto significa que una depósito de 10.000 euros, a menos de dos años, es remunerado con 5 euros anuales.
Las familias buscan otras fórmulas de ahorro
El problema no tiene su origen en el hecho de que el precio oficial del dinero esté en el 0% desde marzo de 2016, pero ha sido el detonante de que las familias hayan buscado otras fórmulas de ahorro algo más atractivas (fondos de inversión, fundamentalmente) o se hayan decantado por tener el dinero disponible para ser gastado en cualquier momento. En 2012, por ejemplo, ese mismo depósito de 10.000 se retribuía con 21 euros y los tipos de interés del Banco Central Europeo no salían gratis.
Otra de las razones es que los bancos tiene liquidez en exceso suministrada por el BCE para paliar los efectos de la crisis. Se permiten el lujo de recibir el dinero del BCE y dejarlo guardado en sus arcas, a sabiendas de que el coste de la facilidad de depósito está “castigado” con un 0,4%. Por cada millón de euros que dejen temporalmente en Fráncfort, los bancos tienen que abonar 4.000 euros en intereses. Atrás han quedado las denominadas “guerras del pasivo” entre los bancos. Hoy no hacen falta.
En los seis primeros meses del año, el importe de las nuevas operaciones de depósito por parte de los hogares ascendió a 71.076 millones, 10.934 millones menos que en el mismo periodo de 2018. No es de extrañar que que el saldo vivo de los depósitos haya caído desde los 385.219 millones de euros que los bancos tenían en 2014 a plazo, a los actuales 152.659 millones, un desplome nada menos que del 60%. El camino inverso ha seguido el saldo vivo de las cuentas a la vista, que han pasado de los 351.342 millones de junio de 2014, a los actuales 691.885 millones. En poco más de cinco años, el saldo de las cuentas corrientes se ha casi duplicado: ha crecido un 96,92%.