La banca guarda una factura del ladrillo de 3.500 millones en un cajón
El Sabadell liquida su ladrillo, como hiciera BBVA, pero el Fondo de Garantía de Depósitos seguirá pagando las pérdidas
Banc Sabadell ha protagonizado la operación financiera de la semana: la venta de dos grandes carteras de activos inmobiliarios y créditos con un valor bruto de 9.100 millones de euros al fondo Cerberus. Su última cartera, de 2.400 millones, será vendida en pocos días a Deutsche Bank.
Como el Sabadell, el resto del sector ha ido liquidando sus activos inmobiliarios, una auténtica piedra en el zapato de sus cuentas, muy mal vista por el Banco Central Europeo y los inversores internacionales. La limpieza es ya casi total, pero hay una factura en el cajón que la banca seguirá pagando al menos tres años más, y no es pequeña: al menos son 3.500 millones de euros.
Las ventas de ladrillo no han liberado el esquema de protección de activos (EPA) diseñado por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) en 2011 para cubrir el 80% de las pérdidas de algunos bancos con el ladrillo en los siguientes diez años. En concreto, cubre los de la CAM y los de Unnim: era la única manera de que alguien –el Sabadell y BBVA respectivamente– aceptase comprarlos.
La deuda de la banca por el ladrillo
Según las estimaciones del sector, el FGD tiene pendientes 3.500 millones de euros de EPA con el Sabadell y BBVA, de los que la mayoría, unos 2.500 millones, corresponde al banco que preside Josep Oliu. La cifra, no obstante, no está clara. Según las cuentas del organismo, inició 2018 con pagos pendientes de 5.300 millones: 4.000 a Sabadell y el resto al banco de Francisco González.
La cifra se va actualizando por la evolución del valor de los activos y los pagos que se van realizando, pero el organismo ha declinado actualizar la cifra. Lo que está claro es que el sector tendrá que seguir pagando: el FGD los forma toda la banca, así como el Banco de España. Su función es garantizar que, en caso de quiebra de alguna entidad, los clientes tendrán acceso a sus ahorros (hasta 100.000 euros). El EPA se creó para evitar quiebras y nació con una deuda de más de 60.000 millones.
El Sabadell negocia su ladrillo con el FGD
Volviendo al Sabadell, tras pactar la operación con Cerberus, está en negociaciones con el FGD para ver cómo se compensan las pérdidas. Está previsto que el EPA permanezca y que, en lugar de pagar al banco, lo haga a la nueva sociedad que formará el fondo de inversión (80%) junto con la propia entidad catalana.
De hecho, la fórmula de la sociedad conjunta, llevada a cabo también por el Santander, BBVA y Caixabank, permite al fondo de garantía seguir pagando anualmente, con lo que evita tener que hacer frente al pago de golpe al formalizarse el traspaso de los activos. Para el Sabadell también es ventajoso, puesto que desconsolida los activos de su balance.
El fondo Cerberus será el principal receptor de dinero para cubrir las pérdidas del ladrillo en España
Se calcula que el EPA pendiente del Sabadell es de 2.500 millones. No cubren todas sus carteras, sino aquellas que tienen activos procedentes de la compra de la CAM. De las dos que vendió a Cerberus, Challenger, de 5.700 millones, no tienen cobertura, mientras que Coliseum, de 3.400 millones, sí que incluye EPA.
En los próximos días está previsto que el Sabadell cierre el acuerdo con Deutsche Bank para la venta de Makalu, su última gran cartera, de unos 2.400 millones de activos, que también está protegida por el FGD.
Se da la casualidad que el fondo Cerberus será, cuando se formalicen todas estas operaciones, el gran receptor de la factura del ladrillo. Además de lo que le corresponda por Coliseum, también compró, en 2017, el 80% del ladrillo de BBVA, una gran cartera con un valor bruto de 13.000 millones protegidos con el EPA de Unnim.