Jarro de agua fría: El 30% de los contratos temporales no llegan a la semana
El buen avance en la cantidad del empleo creado en mayo no se corresponde con la calidad de la nueva ocupación, que pone en entredicho la recuperación
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, manifestó este martes que los datos del paro de mayo suponían «un paso adelante» hacia el objetivo de los 20 millones de trabajadores en España y la «recuperación total para 2019».
El número de desempleados se quedó en 4,2 millones, casi 118.000 personas menos que el mes anterior. A nivel cuantitativo, avanza a buen ritmo. La nota disonante se encuentra al observar las cifras al detalle: «El grueso de los nuevos contratos llegan como mucho a la semana», analizó M. Ángeles Valls, profesora del departamento de dirección de personas y organización de Esade.
55 días de duración medio del contrato
Más del 94% de los contratos firmados en mayo fueron temporales en alguna de sus modalidades. De todos ellos, el 30% no superaban los siete días y otro 50% no llegaba a los tres meses, informa Valls.
La ocupación es el gran peso de la recuperación pero, tal y como señala la profesora de Esade, la durada media actual de los contratos «es de 55 días, cuando antes de la crisis estaba por encima de los 80»; una cifra que «no es para echar cohetes».
Más empleo y más pobreza
«No hay calidad en el empleo», destaca José Carlos Díez. El popular economista indica el gran drama actual: «Estamos viendo cómo crece el empleo y el PIB pero también cómo lo hace la pobreza y bajan las prestaciones».
Recomendando al Gobierno contener la euforia al vender el discurso de la recuperación, Díez recuerda que hay «factores transitorios» que empujan la economía.
El plan Draghi y el programa de compra de deuda del BCE empujan la región, según su análisis; y eso tiene fecha de caducidad: 15 meses. A partir de ese momento, España deberá seguir pedaleando sin ayudas. Y es aquí donde el economista recomienda que no se pierda más tiempo en trabajar para que los casi 53.000 millones de euros que se esperan recibir por el plan Juncker hasta 2017 se destinen a ejecutar «el cambio en el mercado laboral». Reclama invertir en educación o en financiar proyectos de i D a largo plazo, elementos que propicien un empleo de mayor calidad y, a su vez, con mejor remuneración.
Menos cobertura para el desempleo
Asimismo, Díez exige al Gobierno que prepare «planes contra la pobreza o los desahucios» ya que «en el mejor de los casos, eso continuará». No en vano, mes tras mes la tasa de cobertura del sistema se reduce. En abril (los datos facilitados por el Ministerio de Empleo van con un mes de retraso) rompió la barrera del 55% al quedarse en el 54,8%, casi un punto menos que en el arranque del ejercicio.
«La asignatura pendiente es hacer frente al paro de larga duración», añade Valls.
Para el presidente del consejo de economistas, Valentí Pich, se necesita abordar una «reflexión colectiva» sobre el avance de la ocupación actual, que se produce sin la «fortaleza ni en bandas salariales positivas».
Visión optimista
Con todo, el también director de economía y fiscal de la patronal catalana Foment del Treball avisa de que se trata de una tendencia que se repite en toda Europa. Pich se mostró optimista con la reducción del paro a los 4,2 millones de personas registradas en las oficinas de desempleo (antigua Inem). «Si nos lo hubieran dicho hace un año nadie se lo hubiera creído», sentencia.