El colmo de EVO Banco: inspecciones fiscales desde su nacimiento
Apollo mantiene paralizada la venta de EVO Banco mientras acumula investigaciones de la Agencia Tributaria
EVO Banco atraviesa una particular travesía del desierto plagada de contratiempos. Esa foto fija pasa por los constantes expedientes de regulación de empleo que ha tenido que afrontar durante este año, con su venta paralizada por parte del fondo Apollo, su actual propietario. Pero los problemas de la entidad que un día creó José María Castellano desde Novacaixagalicia y que hoy pilota otro ex de NCG, Enrique Tellado, componen toda una panorámica que acompaña a la entidad prácticamente desde su nacimiento: los líos con Hacienda.
EVO Banco fue constituida en octubre de 2013, procedente de la segregación de la unidad de negocio EVO de NCG Banco. Obtuvo la preceptiva autorización del Banco de España para realizar la actividad bancaria en septiembre de ese año. En febrero de 2014 fue adquirida por el fondo de inversión Apollo European Principal Finance. Hasta aquí, la secuencia de su nacimiento y vida. Ahora, los problemas, casi siempre ocultos, que se concentran en su filial de financiación al consumo, con especial incidencia en EVO Finance.
Líos en la filial de consumo
EVO Finance (procedente de la fusión previa de Finanmadrid y Avant Tarjeta, adquiridas por EVO) recibió ya en 2013 la primera sorpresa por parte de la Agencia Tributaria. Se trataba del requerimiento de información en relación con su autoliquidación del Impuesto sobre el Valor Añadido, correspondiente al periodo 2012, «en la que se detectaron ciertas incidencias» que obligaron al banco a «aportar diversa documentación», según consta en su memoria. Era solo el principio, aunque en parte eran problemas heredados de sus anteriores propietarios.
La Agencia Tributaria requirió entonces a EVO la aportación del «libro de registro de facturas y un escrito explicando la operativa de la empresa, qué tipo de operaciones financieras realizan, por qué consideran que son operaciones que dan derecho a deducción, y que aclararen cómo calculan las cantidades que declaran en el modelo 390 (la declaración anual de IVA) del periodo 2012, así como diversos contratos de servicios». Así consta en el memoria del banco que dirige Enrique Tellado.
Una provisión de casi seis millones
EVO, explican sus gestores, aportó toda la documentación requerida a finales de julio de ese año y quedó a la espera del cierre del procedimiento por parte de la Agencia Tributaria. Sin embargo, en febrero de 2014 EVO Finance recibió comunicación de inicio de actuaciones de inspección por parte de la Agencia Tributaria sobre el IVA de los ejercicios 2012 y 2013. Ante la situación, los administradores decidieron registrar una provisión por las posibles obligaciones que pudieran surgir como consecuencia de la citada inspección, cuyo importe ascendía a 5,9 millones de euros.
El asunto trajo cola y ya durante el primer trimestre de 2015, EVO Finance recibió la propuesta de liquidación por parte de la Inspección de Tributos, «modificando las declaraciones presentadas por la sociedad en relación con las inspecciones tanto del ejercicio 2012 como del ejercicio 2013, habiendo procedido la sociedad dependiente al pago de dichas liquidaciones». Fue entonces cuando los gestores de EVO decidieron firmar en disconformidad estas actas de inspección, «continuando por tanto abierto el proceso de reclamación de estas cantidades por la vía judicial», explican en su memoria.
Y más problemas con el IVA
Los líos continuaron y en junio de 2015 EVO Finance recibió otra notificación de inicio de actuaciones de inspección de carácter parcial, limitándose la Agencia Tributaria a analizar la procedencia de la solicitud de devolución del IVA del ejercicio 2014. «Tras las alegaciones presentadas», señalan los administradores del banco, «la Agencia Tributaria concluye que no se han detectado errores u omisiones en las declaraciones presentadas por la sociedad dependiente».
No obstante, los responsables de EVO Finance firmaron de nuevo el acta de disconformidad, ya que, al igual que con las inspecciones del ejercicio 2012 y 2013, consideraban «que el criterio establecido por la Agencia Tributaria para determinar la base imponible del IVA de estos ejercicios no es correcto».