Inquietud en los mercados por la incertidumbre de las generales en España
Los grandes inversores no temen tanto el 27S como la posibilidad de una coalición de gobierno inestable con Podemos tras las generales, según los analistas
¿Elecciones catalanas? No, los inversores tienen sus ojos en las elecciones generales en España. Los analistas consultados aseguran que en Cataluña no hay tantas cuestiones en juego, en parte porque la mitad de la deuda de la Generalitat ya la controla el Gobierno español. Y no parece posible «una separación de España», según el analista Daniel Pingarrón, de IG. El problema es que existen diferentes factores que empañan el incipiente, pero sólido crecimiento de la economía española.
Los mercados quieren estabilidad. Eso es una obviedad. Y en España la han tenido en los últimos cuatro años, con la mayoría absoluta del PP. Sin embargo, en el verano de 2012 todo estuvo a punto de saltar por los aires, a pesar de esa estabilidad política. Ocurre que el reto del soberanismo en Cataluña es mayúsculo, y que los inversores podrían temer un paso en falso del gobierno que surja de las elecciones del 27 de septiembre.
Quien apunta en esa línea es el economista jefe del Grupo BBVA, Jorge Sicilia, que, en la presentación del Observatorio Económico España, aludió este martes al incierto futuro del tablero catalán. La máxima, según Sicilia, es que «los contextos de incertidumbre generan retrasos en decisiones de inversión y consumo». Es decir, todos nos lo pensamos dos veces antes de dar un paso.
Atentos a todos los comicios
Pero Rafael Doménech, jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, añadió que «resulta difícil saber qué parte se debe al proceso electoral de Cataluña o qué se debe a las elecciones generales, aunque es algo que tenemos que vigilar».
Pingarrón se muestra convencido del riesgo, pero lo atribuye a la situación general de España. «Hay un riesgo moderado, pero real, que los mercados han detectado, y prueba de ello es el incremento de la prima de riesgo, de estar 20 puntos por debajo de la italiana, está ahora 20 puntos por encima. No hay que asustarse, pero es algo real»; asegura.
Podemos, Podemos, Podemos
El analista de IG comprueba ese temor en el mercado de deuda, «en el que están los grandes inversores institucionales, los bancos y los fondos de inversión». Pingarrón se atreve a señalar el problema. «Con la experiencia de Grecia, con Syriza, lo que se teme es que Podemos tenga una cuota de poder importante». Esa cuestión se ve más peliaguda que el resultado de las elecciones catalanas, al entender que Mas no puede de un día para otro, tenga o no mayoría absoluta, desgajar Cataluña de España.
El analista Alejandro Varela, de Renta 4, señala otros factores, que explicarían los vaivenes en la bolsa, y los problemas de las entidades financieras. «Se ha difundido un cierto temor, tras la filtración desde el Banco Central Europeo (BCE), de que las entidades necesitarán más capital, lo que se une a la cuestión política en España, con unas elecciones generales a la vista y la posibilidad de que gobierne una coalición de izquierda en la que esté Podemos, y, además, se teme quedar enganchado con posiciones en países emergentes que han entrado en una situación complicada». Según Varela, «todo eso en una coctelera explica el nerviosismo que se vive, aunque es algo de lo que se habla, a mi juicio, demasiado, y se contribuye a dimensionarlo».
Desaceleración moderada
Esa es la realidad, por el momento. Rafael Doménech, en el Observatorio Económico España, desarrolló la idea. «Hay una correlación entre el aumento de la prima, la desaceleración de la inversión de empresas y el consumo privado». Todo ello, junto con la situación económica mundial, provocará, a su juicio, que España se desacelere en el tercer trimestre de este año, y se crezca un 0,6% del PIB, frente al 1% del segundo y el 0,9% del primero.
«La economía ha empezado a crecer con algo menos de dinamismo, lo que confima esa desaceleración que ya esperábamos a principios de año», recuerda Doménech.
Cuidado, los mercados siempre advierten de algo, pero el riesgo, como insisten los analistas consultados, es «moderado», aunque real.