González-Páramo: «Cuando Europa se enfría, Galicia se enfría más que España»
El economista y consejero independiente de Abanca atribuye la mayor inflación y el menor crecimiento de Galicia respecto a la economía española al peso de las exportaciones, pero cree que ambos se emparejarán el próximo año
El catedrático de Hacienda Pública y consejero independiente de Abanca, José Manuel González-Páramo, ve tres elementos clave para explicar el peor comportamiento de la economía gallega respecto a la española, en lo que afecta al menos a la inflación, más alta que la media de las comunidades, y al menor crecimiento del PIB. El ex consejero ejecutivo del Banco Central Europeo señala que Galicia está «más expuesta que otras a la industria que consume energía en alta cantidad». «Cuando los precios de energía son muy elevados uno registra dificultades», considera el economista.
González-Páramo cree que la inflación se aproximará progresivamente a la media española. «No veo un desacoplamiento del IPC gallego de manera permanente del nacional», dijo en una entrevista con Europa Press, matizando que «es cierto que en los últimos meses ha estado por encima y se prevé que para este año ese continúe siendo el caso». «Soy optimista, esos desacoples en un mercado integrado como el nuestro no deberían persistir mucho tiempo«, apunta.
Respecto al crecimiento de la economía gallega, que cerró 2022 casi dos puntos por debajo de la media española, González-Páramo evidencia que «esto es consecuencia de la exposición que tiene Galicia a la exportación», puesto que es la segunda comunidad más expuesta porque «exporta mucho». Eso sí, recuerda como tercer factor a tener en cuenta que el PIB gallego cayó menos en 2020 que en el conjunto del país.
«Cuando Europa se enfría, Galicia se enfría más que la media del país, porque cuando exportas productos semifacturados o materias primas te afecta de lleno, y Europa se está enfriando más que España, es lo que está afectando fundamentalmente a Galicia», asegura. No obstante, cree que «es de esperar que el año próximo se vuelva a emparejar el crecimiento gallego con el nacional, en el escenario que maneja el Banco de España.
El vaticinio del que fuera miembro de la Comisión Ejecutiva y del Consejo de Gobierno del Banco de España durante una década coincide con las estimaciones que hacía recientemente BBVA Research, atribuyendo a la comunidad un crecimiento del PIB muy por debajo de la media española para este ejercicio e igual para el año 2024.
Inflación hasta 2025
González-Páramo ve una «meta realista» que el control de la inflación llegue a partir del 2025, tal y como recoge la previsión del Banco Central Europeo que fija ese año para que se alcance una cifra en torno al 2%. No obstante, advierte que la cronificación del alza de precios «está siendo mayor de la esperada», con un IPC subyacente en el 7,7% –que no incluye energía ni alimentos precios– que «debe preocupar».
El catedrático considera que «no hay razones para felicitarse» con los datos que acaban de conocerse del IPC –con un repunte al 6,1% en febrero–, pues el 2023 rompe con la moderación de precios registrada a finales de 2022. «Creíamos que ya estábamos en la buena senda, pero ha rebotado y estamos otra por encima del 6%», lamenta.
Las consecuencias ocultas de la pandemia
Espera que «por el bien de todos» la contención de la inflación no llegue más tarde de 2025, en un escenario de «incertidumbre» debido a que la guerra de Ucrania, que «sigue sin una solución a la vista». «No sabemos todavía las consecuencias plenas de la pandemia, lo que llaman la pandemia larga, de la que nadie habla», dice en referencia a que existe gente con dificultades de salud o que se ha retirado de mercado de trabajo, unido a «la escasez de personal» para determinados sectores. «Esto se ve en Estados Unidos con mucha nitidez, en Europa todavía no tenemos muy claro ese impacto», agrega.
González-Páramo apunta que el alza del IPC subyacente «lo que quiere decir es que los sectores industriales y de servicios están pasando hacia adelante costes del pasado«. «Es el núcleo duro de la inflación», deja claro.
«Hemos llegado tarde»
A juicio del presidente del Consejo Supervisor de European DataWarehouse GmbH, «a esta inflación hemos llegado tarde todos, los bancos centrales también, lo han reconocido abiertamente». Opina que los bancos centrales «tendieron a interpretar la inflación como un fenómeno temporal», algo que defendían durante «todo 2021 y bien entrado 2022». Recuerda que el BCE no subió tipos hasta julio del año pasado.
Lamenta que se hiciese una «calificación un poco precipitada» de tratar esta problemática como temporal. «Cuando el fenómeno es tan nuevo, no conoces muy bien las consecuencias de la pandemia. Cuando apagas el motor de la economía no sabes cuánto va a tardar en volverse a encender, el motor ha tardado en encenderse y aún no está encendido de todo, seguimos teniendo cuellos de botella que tienen que ver con suministros de materias primas», relata.
Más subidas de tipos
González-Páramo avisa de que «este horizonte es más complicado de lo habitual», a la espera de una mayor subida de tipos en próximos meses. «En Estados Unidos, los tipos han subido 475 tipos básicos en un año», una cifra «inusitada», «esto no lo encuentras en la historia».
Igualmente, «en la UE han subido 300 puntos básicos en siete meses» y «van a seguir subiendo», unos «50 puntos básicos dentro de dos semanas. Cree que habrá «posiblemente una o dos subidas más». «Si se detendrán ahí o no es una de las grandes cuestiones», ya que se vive «un fenómeno que nunca se había visto, a la vez que los bancos suben tipos, las condiciones financieras de la economía no se endurecen mucho».
«Uno diría que si los bancos centrales suben tipos y se encarece el crédito, la economía se tendría que enfriar, pues esto no está pasando, desde luego en Estados Unidos», razona. Achaca esta situación a que «hay una expectativa de mercado de que va a pararse enseguida y va a empezar a bajar«. «Cualquiera diría que estamos en una época de subida de tipos con las bolsas muy dinámicas», lo que «significa que las empresas que cotizan en bolsa están obteniendo fondos para financiarse».
De tal forma, «cuando esto ocurre un banco central no tiene más remedio que ir más lejos de lo que ha ido si la economía se estuviera enfriando, porque la única palanca que tiene un banco central es enfriar la economía, enfriar la demanda; pero si la demanda sigue boyante, porque las condiciones financieras siguen siendo razonablemente expansivas, tiene que ir más lejos».