González Laxe, sobre el Covid-19: «El déficit dejará de ser un tabú»
El expresidente de la Xunta, Fernando González Laxe, pide "no caer en la trampa de la austeridad" y dice que Europa no está a la altura ante el coronavirus
Uno de los primeros análisis de un economista gallego sobre la crisis del coronavirus lleva la firma de Fernando González Laxe. El expresidente de la Xunta, catedrático de Economía Aplicada de la Universidade da Coruña, considera que la pandemia afecta tanto a oferta como demanda, y asegura que habrá consecuencias durante todo el primer semestre. También alude a «una pérdida muy abultada de la riqueza financiera de las familias», oglidadas a tirar de sus ahorros líquidos.
La pandemia afecta tanto a la oferta como a la demanda, dice González Laxe en un artículo publicado en la web del Eixo Atlántico. «A la primera la disloca, en la medida que los cierres suspenden de raíz el suministro de bienes comerciales y las compras en muchos segmentos, afectando directamente a las cadenas globales de valor».
Para González Laxe, todo ello «tendrá consecuencias sobre la actividad económica a lo largo del primer semestre de este año. Por otro lado, al estar confinados en los hogares se reduce la demanda de muchos bienes con lo que las compras se desploman. Y, lógicamente, las empresas se ven afectadas».
Pérdida de riqueza financiera
El expresidente de la Xunta y de Puertos del Estado asegura que se registrará, asimismo, «una pérdida muy abultada de la riqueza financiera. Es probable que muchos hogares y empresas se queden pronto sin dinero; lo que les hace depender de los ahorros líquidos. En otros supuestos, es difícil paliar la situación al estar muy endeudados».
A su juicio, es fácil pensar que surjan dudas sobre el sistema financiero y su comportamiento, a la luz de lo acontecido en 2008. «No está en cuestión la solvencia», dice el catedrático, «sino la liquidez y sus procedimientos».
Europa no está a la altura
La experiencia de las anteriores recesiones hace pensar a González Laxe que «los bancos centrales han de poder garantizar la liquidez, manteniendo bajos los costes de financiación y financiando el suministro del crédito, tanto directamente como indirectamente. De ahí, la rapidez y la lentitud de unos y otros».
Los efectos de la crisi son, a su juicio, globales; «y ningún gobierno por si solo podría hacer frente a ello. Pero también es cierto que las soluciones responden, en un primer termino, más a criterios y recomendaciones nacionales que globales». «Europa no ha estado a la altura de sus responsabilidades«, advierte.» Solo el BCE, aunque tarde, ha reaccionado para abordar los efectos de esta pandemia con su bazuca económico”, explica.
Los tres escudos
Los escudos ante esta pandemia son de tres tipos, en opinión del fundador del Foro Económico de Galicia: de índole médico-sanitario; de ámbito empresarial, y de orden social. «Cada uno de ellos contempla multitud de casuísticas y excepcionalidades, tal y como hemos visto con las recientes disposiciones del Gobierno de España y de la Xunta de Galicia. Pero, hay unos asertos que hemos aprendido de las situaciones anteriores: hay que tomárselo en serio porque es un gran desafío nacional y global; y, en consecuencia, en periodo de guerra contra un virus y de excepcionalidad temporal, los gobiernos deben gastar sin contención, movilizando los recursos necesarios para prevenir un desastre, por lo que los límites del déficit y deuda dejarán de ser un tabú económico y político».
El catedrático pide «no caer, de nuevo, en la trampa de la austeridad y del rigor contable». Finalmente, González Laxe pide a la sociedad paciencia. Y lanza una pregunta: «Cuando hablo de paciencia, ¿habrá que incluirla como un valor mensurable dentro del PIB?».