«Insólito» es la palabra con la que explica Francisco González, presidente de BBVA, el panorama de Cataluña para 2018, cuando se espera que la economía de la comunidad autónoma crezca un 20% menos que el resto de España. La cifra no toma en cuenta la probabilidad de que la incertidumbre política continúe durante el próximo año, lo que podría aumentar todavía más el decrecimiento catalán.
En una entrevista con La Vanguardia, González manifestó que las previsiones de crecimiento para España y Cataluña en 2018 presentan un escenario lamentable en el que se supone la pérdida de hasta 35.000 puestos de trabajo en la comunidad que atraviesa una crisis política impulsada por el movimiento independentista.
González destacó que el servicio de estudios BBVA Research redujo el pronóstico de crecimiento español para el próximo año del 2,8% al 2,5%, y en Cataluña pasó del 2,8% al 2,1%. «Es algo serio», destacó.
«Tenemos que trabajar para buscar la normalidad, recuperar la confianza y devolver la estabilidad política. Cataluña tiene una gran potencialidad, que le ha permitido ese posicionamiento de referencia y se tiene que restablecer. Las elecciones del día 21 son muy importantes. Se va a producir una situación complicada y es necesaria la alta política y una visión de futuro. Hay que buscar puntos de encuentro y dar una salida colectiva», dijo González.
El presidente de BBVA cree que es tiempo de buscar un nuevo equilibrio en la financiación de las autonomías
El presidente de BBVA cree que hay un relato independentista que promete muchas cosas y genera muchas expectativas «que se han demostrado imposibles» y ve que «claramente hay una ausencia de un relato alternativo». Explica que los catalanes tienen que involucrarse más en el Gobierno de España y cree que «no es entendible que no haya muchos ministros catalanes» y que no haya habido un sólo presidente catalán.
González considera que «hay que entrar a fondo» en el sistema de financiación de las autonomías y buscar un «nuevo equilibrio» que respete el principio de solidaridad y que cada territorio asuma su cuota de responsabilidad sin empobrecerse.
«Si no se edifica bien un sistema económico que dé bienestar a la población no se puede hablar de un sistema de valores que son esenciales. Los políticos tienen que tener altura de miras mucho más allá de su interés partidista. Representan los intereses del pueblo, de la sociedad, y tienen que buscar soluciones viables y razonables», agregó.