El Popular tenía un agujero de hasta 20.000 millones antes de la quiebra
La JUR explica que la falta de liquidez dio la puntilla a la entidad tras las valoraciones realizadas por Deloitte
La quiebra de Banco Popular llegó de la mano de un agujero negro en sus cuentas. La decisión de vender la entidad a Banco Santander por un solo euro se basó en un informe de la consultora Deloitte que identificó un déficit de entre 11.800 millones de euros y 20.600 millones de euros entre el mejor y el peor de los casos. Fue lo que descalabró el valor de la entidad hasta los 2.000 millones de euros negativos, según hizo público este viernes la Junta Única de Resolución (JUR).
En su vertiente más negativa, los análisis señalan que la entidad necesitaba 7.000 millones en la cartera de crédito, 3.400 millones en la de activos inmobiliarios y otros 3.000 en la de créditos fiscales. Además, también requería de 2.600 millones en activos intangibles y de 500 millones en la de bonos.
La JUR decidió mantener en secreto la necesidad de recursos en los apartados de contenciosos legales y joint ventures. De este modo, los fondos propios del Popular, de 10.800 millones, y el ahorro de costes, de 1.600 millones, generaban una valoración final de 8.200 millones de euros negativos.
En su informe de valoración, la JUR indicó que la liquidez fue “clave” para desencadenar la caída, y señala que la entidad había sufrido «importantes salidas de efectivo (…) entre el 31 de marzo y el 1 de junio de 2017, que llevó a un severo deterioro de su base de depósitos». Sin embargo, ocultó en el documento todos los datos concretos sobre la situación de liquidez de la entidad, el monto de depósitos que salieron, la liquidez de emergencia que recibió o el colateral que proporcionó hasta quedarse sin suficiente para seguir recibiendo esa ayuda de emergencia del BCE.