El plan de supuestos gurús 2.0 para adueñarse de las start-ups que asesoran
Un grupo creciente de aceleradoras y consultoras exprimen a los emprendedores un altísimo precio por ayudarlas a surgir
Las asesorías a los emprendedores españoles se cotizan tan al alza que algunos de los jóvenes que contratan servicios de consultoras o aceleradoras terminan pagando un coste que termina poniendo en riesgo el propio proyecto empresarial.
Frente a la burbuja del emprendimiento y de la inyección de recursos, cada vez más consultoras y aceleradoras están pidiendo acciones de la empresa como parte de pago.
Cuando unos jóvenes, sin demasiados recursos, sólo cuentan con una excelente idea, un plan de negocio y muchas ganas, no pueden pagar con dinero y las acciones de su propia empresa son la moneda de cambio.
Pero el negocio que comienzan a tejer algunas consultoras para lucrarse a costa del esfuerzo emprendedor ha encendido las alarmas. El gurú del emprendimiento español Iñaki Arrola encendió la polémica hace pocas semanas. “Es de vergüenza lo que cobran algunas aceleradoras, incubadoras y advisors varios. No se puede dar los porcentajes que se dan a cambio de un supuesto valor que encima nunca llega”, publicó Arrola en un mensaje en su cuenta de Twitter que abrió el debate en el mundo emprendedor.
La fiebre del oro
Arrola, que participa en Seed Rocket, una de las más prestigiosas aceleradoras en España, explica que la burbuja emprendedora está creando absurdos como en su momento lo hizo la fiebre el oro. “Muchas veces ganan más dinero los vendedores de palas que los que buscan oro”, añade.
Los vendedores de palas, pos supuesto, son las consultoras que ofrecen al emprendedor contactos, asesoría y acceso a inversores. Y las elevadas facturas por este tipo de servicio alcanzan en ocasiones hasta el 30% del valor de las start-up, una rémora de la que difícilmente los emprendedores pueden deshacerse.
“Nos ofrecieron este tipo de trato, pero finalmente no lo hicimos. A los emprendedores nos encanta cualquier forma de pago que no sea dinero, porque el dinero es lo que nos falta en los inicios, pero este tipo de tratos puede ser muy peligroso para el futuro. Al principio no te das cuenta. Eso ocurre después”, explica Alejandro Valero, emprendedor y fundador de Buscoextra, una agencia de colocación exprés de personal en el sector de la hostelería.
“Juegan con el miedo que tenemos porque para nosotros el emprendimiento es un mundo totalmente desconocidos. Ellos se venden como gurús para intentar que no fracasen y es muy fácil caer”, añade.
Hipotecadas desde el principio
La entrega del 20% o 30% de las acciones puede ser una soga en el cuello de los emprendedores que seguirán necesitando financiación para hacer crecer su proyecto. Si las grandes aceleradores descubren que los emprendedores ya han empeñado esa cantidad de acciones en sus asesores, terminan por descartar su entrada en el proyecto.
“En la aceleradora donde participo, Seed Rocket, no le pedimos dinero no participación ni nada a nadie”, explica Arrola a Economía Digital. “He conocido casos de emprendedores que han entregado acciones de su compañía a estas aceleradoras y luego no han podido recibir inyección de capital. Yo le recomiendo a los emprendedores que pregunten mucho y que vayan a visitar a otros emprendedores que han sido ayudados para ver si se tratan de casos reales fructíferos o no”, añade.
Con más de una década en el mundo del emprendedor español, Jaume Argerich, profesor de emprendedores y asesor de Barcelona Activa, considera que cualquier cesión de más del 5% de las acciones es un “sablazo de equity”.
“Creo que muchas veces los emprendedores pueden hacerse su programa de aceleración casero de forma gratuita. Con cuatro cafés, solicitando una cita o una ayuda a los emprendedores. Hay mucha gente con contacto, muchos expertos que todavía te atienden gratis. Y hay muchos programas públicos o semi-públicos con ayudas valiosas”, explica Argerich.
Aunque los tropiezos con los cobros abusivos pueden formar parte de la normalidad, dos de las grandes aceleradoras españolas, Lanzadera, de Mercadona, y Seed Rocket no cobran por asesorías. Al resto, hay que estudiarlas con lupa antes de firmar.