De Guindos intenta controlar en solitario el cierre de bancos en España

El Gobierno se resiste a que el Banco de España mande sobre el nuevo organismo de liquidación. La mayoría de países de la eurozona otorga a entidades independientes esas funciones de resolución

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La aplicación de la normativa europea sobre supervisión bancaria ha abierto una brecha de alcance impredecible entre el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y el ministro de Economía, Luis de Guindos. Las diferencias surgen por el control del mecanismo de resolución de entidades. La bronca es sutil y sibilina. Por ahora se desarrolla mediante el intercambio de informes, que se remiten entre ambas instituciones.

El Banco de España defiende que el nuevo FROB, como llaman en la calle Alcalá al futuro organismo, debe depender jerárquicamente del regulador o, que, a lo sumo, se desdoble el fondo que rescató las cajas de ahorros en una nueva entidad que asuma las funciones liquidadoras ahora en disputa. En Economía no gusta la idea y defienden la creación de una agencia separada a la estructura existente aunque sí esté coordinada –no presidida— por Linde.

Control político

El esquema que pretende De Guindos le permitiría controlar directamente el mecanismo de resolución. Es decir, la futura continuidad de un banco se basaría en criterios subjetivos y no técnicos, si el plan prospera en esos términos. Un escrito del Gobierno a las Cortes delata las intenciones del ministerio. En el mismo declara que la nueva normativa “es una prioridad legislativa”. La decisión debe tomarse y aplicarse antes del 1 de enero.

Se trata de la fecha máxima que tienen los miembros de la zona del euro para hacer efectiva la trasposición de la directiva comunitaria. Los países que han tomado la decisión sobre cómo reorganizar las competencias han actuado según defiende Linde. De 13 Estados con posición fijada, 12 han optado por que el supervisor retenga tanto las actuaciones de inspección como las de resolución. Sólo Finlandia coincide con los planteamientos de Economía.

La independencia como garantía

Precisamente en los informes del Banco de España se remarca que la independencia de los bancos centrales es una garantía para el sistema financiero. Alertan, también, de que la propuesta del Gobierno generaría un sistema de doble supervisión y prevén errores de coordinación. Además de los inconvenientes para controlar eficientemente a los bancos, los técnicos de Linde apuntan el mayor gasto económico que desencadenaría una agencia separada del Banco de España con funciones históricas de la entidad.

Para el ministerio, sin embargo, que la propuesta de Linde generaría una suerte de conflicto de intereses entre los trabajos de supervisión y resolución. El escollo se salvaría estipulando que los responsables del nuevo FROB rindan cuentas a un órgano de gobierno distinto al consejo general del Banco de España, aunque el de nueva cuña debería presidirlo el gobernador, siempre según la tesis de la institución.

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