Botín recompra la inmobiliaria del Popular por 180 millones
El Popular se hace con el 51% de Aliseda que estaba en manos de dos fondos; la inmobiliaria tiene una cartera de 7.645 inmuebles en Galicia
El Santander inicia su ofensiva para desprenderse del ladrillo tóxico del Popular. El consejo de administración del dueño del Pastor, ahora presidido por uno de los hombres de confianza de Botín, Rodrigo Echenique, acordó este viernes recomprar el 51% que no controla en Aliseda, la empresa encargada de comercializar una amplia cartera de inmuebles del Popular.
En el capital de Aliseda, dos fondos de capital riesgo controlaban el 51%, Värde Partners y Kennedy Wilson Holdings. La recompra de esta participación ya estaba en los planes de Ángel Ron cuando presidía el banco. Ahora, el Santander cierra la operación por 180 millones. El proceso de compra culminará en el tercer trimestre del ejercicio y supondrá un gasto, según reconoció el Popular a la CNMV, de aproximadamente 302 millones.
Aliseda es un actor clave en el mercado inmobiliario gallego. Cuenta con una cartera de 7.645 inmbuebles, que estaba comercializando con descuentos próximos al 20%. El valor de estos activos se sitúa en los 1.209 millones.
Morgan Stanley tutela la venta de 30.000 millones en tóxicos
El movimiento se enmarca en la ofensiva que ha planificado el Santander para desprenderse de la mitad del ladrillo tóxico del Popular en poco más de año y medio. El consejo de administración también acordó dar comienzo al proceso de búsqueda de socios para desprenderse de una cartera de activos tóxicos ligados al sector inmobiliario por importe de 30.000 millones de euros, aproximadamente. Para este proceso, la entidad ha contratado como asesor Morgan Stanley.
Los criterios de elección de Popular para la venta de los activos inmobiliarios serán el precio y la experiencia en este tipo de operaciones del potencial comprador, así como también su capacidad de gestión y ejecución.
Según informó Popular, que opera como filial de Banco Santander hasta su integración en la entidad cántabra, el consejero independiente Pedro Pablo Villasante supervisará el proceso de desinversión inmobiliaria, velará por su transparencia y gestionará los posibles conflictos de interés.