BBVA se aferra a Bruselas para cubrir el riesgo país en Turquía
Ante la posibilidad de que Moody's ponga la deuda turca en bono basura, el banco español espera compensar el impacto sobre Garanti con la consolidación de su negocio en el país otomano
Dos semanas después del fallido intento de golpe de estado en Turquía, en el BBVA reina la cautela ante las consecuencias que pudieran derivarse de esta crisis política en el país otomano, y el impacto sobre Garanti, el banco turco del que posee el 40% del capital.
«Turquía es un país estratégico a largo plazo y lo seguirá siendo a pesar de las últimas turbulencias», afirmaba con rotundidad el consejero delegado del BBVA, Carlos Torres Vila, quien, respecto a los posibles impactos, apuntaba que «hasta ahora no son significativos. Pero es pronto y hay que esperar a que se normalice la situación», añadía.
Números ante caída de Turquía a bono basura
No obstante, desde la entidad presidida por Francisco González ya han empezado a echar números ante la posibilidad de que la agencia Moody’s, como ha anunciado, baje a bono basura la calificación de la deuda de Turquía, ante un aumento de los riesgos asociados de su solvencia y la posibilidad de que las reformas económicas pendientes se retrasen.
Así, el director financiero de BBVA, Jaime Sáenz de Tejada, ante posibles devaluaciones de la lira turca, aseguraba que la cuenta del Garanti está cubierta, aunque reconocía que la degradación de la deuda otomana, por debajo del investment grade, tendría un impacto de unos 15 puntos básicos.
Compensaciones al desaguisado
Dando por hecho la rebaja de la deuda por parte de la agencia de calificación, los responsables del banco español ya cuentan con buscar compensaciones a este desaguisado.
En este sentido, confían en que, antes de que acabe el año, la Comisión Europea homologue –como ya ha refrendado la Autoridad Bancaria Europea (EBA)– las inversiones extranjeras en Turquía dentro del marco de Basilea III.
Solvencia del Garanti
Algo que llevaría a un aumento de la solvencia del Garanti, al dejar de aportar los capitales adicionales a los que está obligado, ante el retraso en poner en marcha la equivalencia supervisora que Bruselas acordó llevar a cabo, en diciembre de 2014, sobre 17 países, entre ellos Turquía.
En principio, estos aportes adicionales de capital sirvieron hace dos años para lanzar un mensaje de unidad frente a ataques a la deuda en los países periféricos que ponían en cuestión al mismo euro.
Pero, con el paso del tiempo, se han convertido en algo que penaliza en exceso las inversiones de las empresas de la UE en países extranjeros. No pueden computar totalmente los bonos de filiales ni tampoco aprovechar el tratamiento beneficioso de la deuda soberana en las carteras de esas filiales.
Las cuentas turcas, viento en popa
Mientras tanto, los resultados del BBVA en Turquía siguen al alza, con ingresos recurrentes creciendo, como lo hacen los créditos y los recursos, que, junto a una moderación en el crecimiento de los gastos, propiciarion un beneficio de 324 millones de euros, casi un 32% más que un año antes.