Adiós a 1.800 millones en un día: así cayeron Popular y Pastor
El peritaje del Banco de España concluye que la fuga de depósitos propició la insolvencia del Popular, que, pese a maquillar las cuentas, era viable en 2016
Los peritos del Banco de España dan un argumento más a las demandas de los inversores que acudieron a la ampliación de capital del Banco Popular en 2016 y ponen cifras a la fuga de depósitos que, en el segundo trimestre de 2017, acabó provocando el colapso del banco y la intervención, antes de que el Santander se hiciera con la entidad y, de paso, con Banco Pastor, poniendo fin a una marca con más de 200 años de historia.
El esperado informe del Banco de España, remitido a la Audiencia Nacional, señala que 16.347 millones huyeron del Popular durante el segundo trimestre de 2017, repartidos en tres episodios de una grave fuga de depósitos. Las causas subyacentes son varias, tanto la negativa evolución en bolsa del banco, como el deterioro del rating o las distintas informaciones que, «no siempre fundadas en la situación real del banco», incentivaban la mala evolución en el parqué y entre la clientela, ya fuera Emilio Saracho augurando una nueva ampliación de capital o las declaraciones de la JUR asegurando que estaban vigilando la evolución del banco.
La fuga de depósitos
Esta tormenta perfecta se concreta el 19 y el 20 de abril, con la fuga de más de 2.300 millones en depósitos, 465 millones el 19 y 1.869 millones el día 20. El 23 de mayo se escaparon otros 1.127 millones, mientras que en los tres primeros días de junio la pérdida de depósitos alcanzó los 5.742 millones, según el informe de los peritos, que analizaron la documentación del banco desde 2012, después de la compra del Pastor.
Los peritos concluyen que las cuentas del Popular en 2015 y 2016 «no respetaban aspectos de la normativa contable»
En la enseña gallega también se notó la fuga de depositantes. Entre marzo y junio perdió 800 millones en depósitos, según los datos de la Asociación Española de Banca. La «especial gravedad» del último episodio, a partir del 31 de mayo, deriva de lo elevado de su importe, de perder el único rating por encima del grado de inversión y de afectar a los depósitos minoristas. «Dicho de otra forma, las pérdidas de los inversores no se derivan de la insuficiencia del patrimonio del banco para absorber las pérdidas de sus activos, sino de la imposibilidad de atender las elevadas e inesperadas solicitudes de retirada de depósitos«, concluyen los peritos.
Añaden que esta fuga de depósitos resultó en pérdidas a los accionistas y bonistas por la aplicación de la novedosa normativa de resolución, y la decisión de no apoyar públicamente a la entidad «obligaba a optar por su venta para evitar su liquidación», lo que condicionó el resultado de la resolución, ya que el comprador, es decir, el Santander, tenía que asumir el riesgo de estabilizar el banco.
Cuentas maquilladas, pero un banco viable
Los peritos también han dictaminado que las cuentas de los ejercicios 2015 y 2016 publicadas por Popular y reflejadas en el folleto de la ampliación de capital «no respetaban determinados aspectos de la normativa contable«, en especial la clasificación de las operaciones refinanciadas en dudoso.
El informe no ofrece una cuantía respecto al desvío, pero sí que señala que la ampliación fue insuficiente para sanear los activos improductivos debido a un control interno “que presentaba debilidades”. Dicho de otra forma, tenía que haber sido mayor. Considera que las estimaciones contenidas en el folleto eran «demasiado optimistas», sobre todo las referidas a la evolución prevista de dudosos.
José María Arias y Antonio del Valle se opusieron a la ampliación de capital, que los peritos consideran que fue «insuficiente»
Estas circunstancias, dicen los peritos, no implican que Banco Popular fuese inviable, ya que a diciembre de 2016 su patrimonio neto era de 11.088 millones y tenía una capacidad de generación recurrente de beneficios antes de provisiones de 1.150 millones, además de la posibilidad de materializar plusvalías por venta de negocios. No obstante, «era previsible» que sus accionistas sufrieran pérdidas por el reducido margen para cumplir con los requerimientos de solvencia del BCE.
Enfrentamiento en la cúpula
Los miembros del consejo, que poseían el 20,9% del capital, suscribieron la ampliación, lo que los dos peritos encargados de realizar este informe consideran que mostraba su «buena opinión» sobre la salud financiera del banco. No obstante, la decisión de la ampliación no fue unánime y se discutió mucho, ya que los miembros Antonio del Valle y José María Arias pensaban que no había sido lo «suficientemente» explicada.
El Banco de España ha determinado que este momento parece haber sido «el detonante» del enfrentamiento en la cúpula sobre la gestión estratégica del Popular, que causaría el cambio «no muy ordenado» de la presidencia y que supondría un cambio estratégico «trascendental», ya que implicó la llegada de Emilio Saracho, que veía la venta como la mejor salida para la entidad.