Xunta y Concello de A Coruña exigen transparencia a Hércules de Armamento
El conselleiro de Industria, Francisco Conde, y el alcalde de la ciudad, Xulio Ferreiro, mantuvieron un encuentro en le que acordaron trabajar de manera conjunta para mantener el empleo en la fábrica
«Hay disposición por ambas partes a una unidad de acción». Así describía el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, la buena sintonía alcanzada con el conselleiro de Industria, Francisco Conde, durante la reunión que ambos dirigentes mantuvieron este viernes para abordar la situación de la empresa Hércules de Armamento, concesionaria de los terrenos de la antigua Fábrica de Armas.
En el transcurso del encuentro, al que también asistió el concejal de Emprego e Economía Social, Alberto Lema, el titular de Industria y el alcalde mostraron su «preocupación» por la realidad de esta factoría y de sus trabajadores. En este sentido, abogaron por trabajar de manera conjunta para asegurar la continuidad del proyecto que, apuntaron, «tiene que venir apoyado en el compromiso de la empresa adjudicataria de garantizar la actividad y transmitir confianza y transparencia sobre un proyecto industrial sólido, tal y como se comprometió cuando ganó el concurso público convocado por el ministerio».
Diferencias al margen
«Cuando se trata de puestos de trabajo y riqueza para la ciudad, conviene estar por encima de las diferencias políticas», explicó Ferreiro tras la reunión. Lo mismo debió pensar estos días el director de Hércules de Armamento, Ramón Mejuto, quien después de cargar el lunes contra «los de la caseta», en alusión a los miembros del antiguo comité de empresa de la Fábrica de Armas, a los que acusaba de la mala situación que atraviesa la empresa, no tardó ni 48 horas en llamar por teléfono al ex presidente, Roberto Teijido, para citarse con él y abordar el futuro de las instalaciones.
«El proyecto de la fabrica de armas está muerto desde hace tiempo y nosotros- en referencia a los extrabajadores- no somos responsables de esa muerte industrial», ha afirmado Teijido, que ha tachado de «escándalo» todo lo que está sucediendo en relación a esta adjudicación.
Con respecto a las llamadas, indicó que si se hubiesen producido cuando fue la adjudicación «hubiésemos asistido a la cita, aunque no nos gustaba el proyecto», aclara. «Un año después, con el proyecto ya muerto y cuando el director nos descalifica de esa manera, entendemos que no hay nada de qué hablar», sentenció.