VW, Toyota, Peugeot… Los fabricantes de coches dejan solo a Stellantis en Rusia
Volkswagen suspende la producción de sus dos fábricas rusas y se suma a Renault, General Motors, Volvo o Toyota, que también anunciaron la paralización de su actividad en el país
La invasión de Ucrania ha dado paso a otra guerra, la económica, en la que no solo intervienen las sanciones aplicadas contra Rusia sino el boicot de empresas tras el arrebato belicista de Vladimir Putin.
Este jueves, Volkswagen ha anunciado que detendrá la producción de vehículos en sus fábricas rusas, así como las exportaciones al país. La medida afectará a las plantas que tiene en Kaluga y en Nizhny Novgorod.
Se suma a una lista de fabricantes automovilísticos que han detenido sus operaciones en Rusia, no necesariamente como represalia, sino también por el cortocircuito de la cadena de suministro.
Es el caso de Renault, que siguió los mismos derroteros que el grupo alemán en su planta de Moscú, paralizada debido a la falta de componentes. Antes de que anunciara la represalia por el ataque a Ucrania, Volkswagen sufría los mismos problemas de suministro.
Toyota, con factoría en San Petersburgo, interrumpió su producción sine die por la falta de abastecimiento. Emplea a 2.600 personas y produce unos 80.000 vehículos anuales. Comparativamente, la decisión adoptada por Volkswagen tendrá un mayor impacto, pues las exportaciones a Rusia representan más del 2% de sus ventas (220.000 vehículos en 2020).
Volvo, General Motors, BMW o Jaguar también anunciaron que suspendían el envío de automóviles a Rusia tras las sanciones aplicadas por la UE y Estados Unidos. Ford y BMW también ha parado la colaboración con los socios industriales en Rusia; y Daimler Truck ha suspendido todas sus actividades comerciales.
La fábrica rusa de Stellantis
Stellantis es otro de los grupos que tienen fábrica en Rusia, concretamente en Kaluga. Aunque está expuesta a los problemas de suministro que constriñen al resto de plantas, el equipo de Carlos Tavares no ha explicitado por el momento que se haya producido un parón en la actividad, ni que haya decidido vetar las exportaciones al país.
Sin embargo, sí que habría hecho planes para trasladar la producción de su planta de Kaluga a otras fábricas, según avanzó The Wall Street Journal. “Si los acontecimientos toman el rumbo equivocado no podremos abastecer la planta, y tendremos que afrontar el dilema de trasladar la producción o afrontar las restricciones”, dijo Tavares a la publicación norteamericana.
La planta es resultado de una alianza entre Stellantis y Mitsubishi y requirió de una inversión próxima a los 550 millones de euros. Allí se producen modelos como Peugeot 408, Citroen C4, Partner, Berlingo, Combo y los Outlander y Pajero de Mitsubishi.
En la presentación del plan estratégico del grupo, Tavares señaló que tienen 71 trabajadores en Ucrania en su filial comercial, lo que les preocupaba por la situación de los empleados en un territorio de conflicto, aunque no a nivel de impacto en las cuentas, que será en todo caso “marginal”.
Gran preocupación en el sector
Mientras las fábricas, incluida la de Vigo, continúan rebajando su actividad debido a los problemas de suministro, la preocupación crece en el sector por la guerra en Ucrania. Rusia y Ucrania son «piezas clave» para el sector de la automoción ya que son las principales fuentes de paladio, gas neón y del cableado de catalizadores y semiconductores, según explican fuentes de los clústeres españoles, que han impulsado una encuesta de urgencia para medir las consecuencias del conflicto en importaciones y exportaciones. Según los resultados difundidos por la asociación valenciana AVIA, el 89,8 % de las empresas encuestadas sufre uno o ambos problemas, y el 30,7 % prevé consecuencias de las sanciones económicas impuestas a Rusia por distintos organismos internacionales.