Vuelco en la cúpula de R con la salida de tres directivos históricos
Euskaltel prescinde de los responsables de Red, Recursos Humanos y Sistemas, todos cargos vinculados al exconsejero delegado Arturo Dopico
Nueva sacudida a la ejecutiva de R. Euskaltel, que hace un par de meses daba por cerrada la parte alta de la pirámide con el nombramiento de Alfredo Ramos como director general de R, ha empezado a meter mano en el segundo escalafón, donde varios directivos históricos, que llevan en la cablera gallega desde sus inicios, han sido colacados en el disparadero.
Se trata del director de Recursos Humanos, Santiago Vázquez; el director de Red, Julio Sánchez Agrelo, y el responsable de Sistemas, Manuel Doval, tres de los miembros del equipo del exconsejero delegado Arturo Dopico, a los que la compañía ha ido restando atribuciones en las últimas semanas.
Según fuentes internas, este movimiento que detalla el registro mercantil es un primer paso antes de su salida definitiva de la empresa, programada para el 31 de marzo. Hasta entonces, apuntan, los tres ejecutivos disfrutan de un permiso retribuido y permanecen en el organigrama de la sociedad, aunque sin control efectivo en la misma al cesar como apoderados. La compañía, por su parte, no ha querido confirmar ni desmentir la marcha de ninguno de sus directivos.
Nuevo organigrama
Estos movimientos responden al rediseño del organigrama, todavía por culminar, que lleva a cabo Euskaltel y que busca simplificar la estructura de gestión. En los últimos meses, han sido muchas las idas y venidas, como el fugaz paso de Manuel Salaverría por la dirección general de R, o ahora el de Doval, que en abril del pasado año fue nombrado responsable de una de las áreas del grupo junto con otros dos hombres fuertes de Dopico.
Hasta la fecha, la mayor parte de las vacantes en R se ha ido cubriendo con gente de la casa, en una apuesta de la firma de telecomunicaciones por un proyecto propio para la cablera gallega muy pegado al territorio y a su gente. Con la marcha de estos tres directivos, apenas unas semanas después del nombramiento de Ramos, la apuesta por la galleguidad será un poco menos evidente.