Vodafone encarece la factura de Orange en la nueva guerra del fútbol
El operador naranja deberá asumir el coste que supone que Vodafone renuncie a los ocho partidos por jornada de fútbol de La Liga
Movistar, Orange y Vodafone se han acostumbrado a protagonizar una guerra de fútbol en cada verano previo al inicio de temporada. La del año pasado estuvo marcada por la renuncia de la compañía británica al partido más atractivo de la competición doméstica y la de este seguirá la misma tónica.
Con Movistar por primera vez como tenedor de los derechos de la liga, le toca mover ficha a Orange. El operador naranja debe decidir si compra o no la oferta mayorista de su rival (Movistar Partidazo), pero el precio a pagar se determinará finalmente cuando se conozca qué hace Vodafone.
El operador británico todavía tenía durante la pasada temporada la posibilidad de retransmitir ocho partidos por jornada —también los de segunda división—, un lote que supone el 70% del coste total de los derechos de la competición doméstica.
Si dentro de unos días Vodafone, tal y como apuntan distintas fuentes, no vuelve a acogerse a esta posibilidad, la factura final que Orange pagará a Telefónica por su oferta mayorista será superior, porque el coste lo asumirá únicamente el operador naranja.
¿El precio? No es oficial, pero de acuerdo a las mismas voces del mercado rondaría los 150 millones. El pago total de Orange, incluyendo también Movistar Partidazo —el encuentro que en cada jornada juegan Barcelona o Real Madrid—, sería de 300 millones de euros.
La decisión se conocerá en pocos días. El aspecto central de la guerra del fútbol se centra en la dificultad para poder rentabilizar esta inversión, un aspecto del que se ha dudado desde que Vodafone saliera de esta pugna.
La compañía presidida por Antonio Coimbra dijo adiós a parte del fútbol el pasado año porque, a su parecer, el sector se había adentrado en una espiral alcista de los precios que provocaba que se terminara pagando mucho más de lo que realmente valía.
Movistar calienta la guerra
Otro de los aspectos claves para saber cómo se determinará la guerra comercial, que se desatará a partir de agosto e incluso antes, estará en los precios y descuentos que establezcan estas compañías.
Todo a punta a que, como sucedió el pasado año, Orange y Telefónica intentarán captar con descuentos a los clientes que salgan de Vodafone —ya el año pasado salió perjudicada al despedirse de parte del fútbol— huérfana de los ocho partidos de liga.
Telefónica ya ha empezado a retocar el precio de sus paquetes convergentes más caros. Los planes más premium que incluyen fútbol, Fusión Total y Total Plus, son objeto de un descuento del 50% durante un periodo de tiempo de uno a tras meses.
Esta amenaza, que llevará a Orange a captar con menor precio a los mismos clientes, se suma a la experiencia del verano pasado. Aquel capítulo cerró con Movistar como ganador frente a Orange, al conseguir captar en mayor medida a los clientes que salieron de Vodafone (la compañía también había renunciado a la Champions).
Fue Telefónica quien levantó el pie del acelerador. El primer operador del mercado, tras escuchar las quejas de Orange y Vodafone, anunció en septiembre del pasado año que rebajaría su agresividad comercial a partir del mes posterior.
Sobre cuánto se captará este año y cuánto será necesario para que salgan los números, hay discrepancias. «Para que salgan las cuentas, poniendo el fútbol a 15 euros, Orange debería captar millón y medio de clientes de fútbol en un mercado en el que ya se ha movido gran parte de la masa crítica de abonados», explican fuentes del sector.
La CNMC como punto de conflicto
La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) tiene mucho que decir en la nueva guerra del fútbol. El organismo presidido por José María Marín Quemada obliga a Telefónica a poner a disposición de sus rivales la posibilidad de que también retransmitan sus contenidos más premium, entre ellos el fútbol.
Pero el precio, que se fija en base a unos criterios y parámetros que cada año pueden alterar cuánto se paga finalmente por estos derechos, no agrada a todo el mundo. Fue el caso de Vodafone, que siempre ha defendido que rentabilizar el fútbol es una apuesta de riesgo elevado si las condiciones por el precio a pagar que marca la CNMC permanecen intactas.
En su caso, por ejemplo, tener una cartera de clientes de televisión superior a la de Orange (1,3 millones de abonados frente a 700.000 aproximadamente) les perjudicaba frente a sus rivales, teniendo en cuenta que la base de sus usuarios de tele llegan por su cartera de cine y no por el fútbol y que Competencia no distingue entre unos y otros (se paga por usuarios finales).