Vestas pagará el cierre de sus fábricas con lo que gana en tres meses y le sobran 4 millones
El fabricante, que cierra la negociación del ERE en Viveiro sin acuerdo, estima los gastos de cerrar tres fábricas en 119 millones, menos de lo que ganó en los últimos tres meses
Vestas ha cerrado el periodo de consultas del ERE en su fábrica de Viveiro sin acuerdo y afronta una probable impugnación de los despidos sin cambiar su intención inicial de bajar la persiana en Chavín. Será, si nada cambia, el segundo fabricante de componentes eólicos que pone pies en polvorosa en Galicia tras el cierre de Siemens Gamesa, precisamente, en pleno boom en la tramitación de parques.
La compañía danesa justificó en su momento el recorte por el descenso de la demanda en los aerogeneradores de 2 megavatios que fabrica la planta gallega y por la reordenación interna para potenciar la eólica offshore. Ahora, finalizado el periodo de consultas, ofrece buscar hasta finales de 2022 un inversor para las instalaciones, para lo que ha contratado a LHH.
Los números de Vestas
Los planes de Vestas para cerrar en Viveiro y otras dos fábricas, una en Alemania y otra en Dinamarca, ya tienen números. La compañía estima que el tijeretazo le costará 119 millones. De esta cuantía, 61 millones irían a gastos de personal y 48 millones por los deterioros derivados del cierre de los centros, mientras que el resto de gastos sumarían unos 10 millones.
De ello dejó constancia el grupo en el informe de sus últimos resultados trimestrales, entre julio y septiembre, periodo en el que obtuvo unos beneficios de 123 millones. Es decir, le bastaría para pagar los cierres y todavía le quedarían cuatro millones.
En los nueve primeros meses del año, Vestas registró un resultado de explotación de 355 millones antes de extraordinarios, es decir, sin descontar el cierre de las fábricas. Teniendo en cuenta el impacto del recorte, el resultado de explotación caería a 236 millones, según el informe de resultados.
Mismo plan en Alemania
En Lauchhammer, la factoría alemana que también prevé cerrar, la situación es parecida. Según informan los medios locales, la compañía está negociando con los representantes de los trabajadores un plan social, mientras que las autoridades públicas buscan posibles inversores, que prevén encontrar en 2022.
Vestas, que hace poco sostenía en los tribunales que cerrar en Chavín sería un drama para la comarca, ofreció a los trabajadores la reconversión de la planta en un centro de operación y mantenimiento para más del 20% de la plantilla; la recolocación del resto de los empleados en otras instalaciones de España; una bolsa de empleo; la búsqueda activa de alternativas industriales hasta final de 2022 e indemnizaciones de hasta 45 días por año trabajado.
Ahora se compromete a continuar buscando inversores hasta finales del año que viene, apoyándose en LHH, compañía a la que ha otorgado el mandato de identificar a un comprador «y que ya trabaja estrechamente con KPMG, consultora a la que el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) ha encomendado la misma tarea», explica Vestas.