Vestas estima que le costará entre 6 millones y nada cerrar la planta de Viveiro

El fabricante danés, que acaba el ejercicio con una caída del 77% en el beneficio, estima que podría recuperar los costes del cierre de la planta de Viveiro con una venta, pero anota un impacto de 61 millones por reestructuración de plantilla en Galicia, Alemania y Dinamarca

Manifestación en Viveiro de los trabajadores de Vestas / CIG

Manifestación en Viveiro de los trabajadores de Vestas / CIG

Vestas, la multinacional danesa que decidió cerrar la planta de Viveiro, presentó sus resultados anuales este jueves, marcados por los problemas en la cadena de suministro y el incremento de costes, tanto de la energía como de las materias primas. El beneficio de la compañía cayó un 77%, hasta los 176 millones, en este adverso escenario, aunque logró un récord de ingresos de 15.587 millones, un 5% más.

A pesar del retroceso, las ganancias de Vestas bastarían para cubrir el proceso de reestructuración que puso en marcha el año pasado y que conllevó el cierre de la planta gallega, así como de otras dos en Alemania y Dinamarca. El fabricante prevé un impacto máximo de 139 millones, entre los costes de personal y los de clausura de las instalaciones.

La factura de los cierres

La compañía detalla parte de los números por cada factoría. En el caso de la de Chavín, que afectó a 115 trabajadores, Vestas estima un impacto entre seis millones y cero. Esto es debido a la posibilidad del grupo de vender las instalaciones, si bien matiza que no espera obtener “un valor significativo” de la enajenación.

En Lauchhammer, por ejemplo, traza una horquilla entre 34 y 10 millones para su fábrica alemana; y en Esbjerg, en Dinamarca, entre ocho millones y cero.

 A estas cuantías hay que sumar los costes de personal, que Vestas no detalla por centro de trabajo, sino que da la cifra global de las tres fábricas de manera conjunta: 61 millones.

La factura global asciende a 139 millones, ya que la multinacional añade costes de mantenimiento de las fábricas durante el periodo de inactividad, costes de inventario y la parada de otra planta, la de la isla de Wight, en la costa sur de Inglaterra, con un impacto de entre 10 y 3 millones.

Un 2022 difícil

Como ya avanzó hace unos días, Vestas prevé que los problemas que arrastró durante el pasado año continúen a lo largo de 2022, tales como las disrupciones en la cadena de suministro o el encarecimiento de las materias primas, la energía, el transporte o los componentes de las turbinas eólicas.

Prevé una facturación de entre 15.000 y 16.500 millones, lo que supone cifras similares a las de este año, con un margen de ebit de entre el 0% y el 4%, cuando en el ejercicio que acaba de cerrar tuvo un 3%. Las inversiones previstas se sitúan en los 1.000 millones.

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